Lo dejé ir para que ya no me lastimaras,
lo dejé ir en una triste tonada,
y aunque una mentira no sea para ti nada,
ha sido la espina que clavó mi alma.
espina de la desconfianza,
espina de la verdad callada.
Lo dejé ir y voló al cielo,
lo dejé ir y surgió de mí un deseo,
de guardar mi corazón en el frío silencio...
y cuando me notes callada y mirando a lo lejos...
sabrás que estoy mirando mi corazón lejos de ti...
retomando recuerdos en los que fui feliz.
Autora: Liliana Lizcano.
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