Nunca te esperas malas noticias de las personas que aprecias y amas, hace días mi madre me mandó unas notas de voz para darme la mala noticia que una gran amiga, María Lourdes, había sido asesinada, cuando recibí la noticia quedé en shock, saber que le quitaron su vida y que dejó a tres hijos fue un dolor que sólo las que somos madres entendemos, porque queremos ver a nuestros hijos crecer y más cuando están tan pequeños, su hijo menor tiene 8 añitos.
Mi mente enseguida viajó al día que la conocí. Su pequeño hijo Omar era un niño muy tierno, y su hermanita Sarai, estaba de preescolar. María Lourdes pasó por muchas dificultades, incluso por un arrollamiento donde casi pierde una de sus piernas, cojeaba de esa pierna, creo que era la pierna derecha, pero con perseverancia volvió a caminar y a dejar el bastón. A ella no le había ido bien en el amor, pero no había dejado de creer que podría ser feliz. Vi su boda con Luis Felipe. Ellos se congregaban en la Iglesia Bautista Central de Valencia. Allí les conocí. Tiempo más tarde yo me fui de allí, el pastor que había en ese entonces prácticamente acabó con la iglesia, poco a poco se fueron los miembros, él había confesado que no era digno de estar allí pastoreando pero los miembros insistían que siguiera, grave error, todos salieron de allí, se fracturó la iglesia. Al irme jamás pensé que la hallaría en la otra iglesia a donde fui, allí vi que María Lourdes se dedicó en ayudar a muchas mujeres en un programa llamado "Una respuesta a la familia".
Otra de las cosas que recuerdo es que me dijo: "No puedo dejar a Luis Felipe sin hijos, debo darle uno", ella ya tenía dos niños, y era su anhelo poder hacer muy feliz a Luis Felipe quien no tenía hijos, ella buscaba que él se congregara, que buscara de las cosas de Dios, y si, quedó embarazada y tuvo a su tercer hijo. En verdad vi un empeño en ella de querer construir su felicidad, y en esa felicidad estaban sus hijos, por eso emigró para luchar por ellos, para darles un mejor futuro, pero la mataron. Mucha gente pregunta ¿por qué la mataron?, ¿estaría metida en problemas?, ¿venganza?, pues ella llevaba dos meses en Perú, no tengo idea de cómo fueron sus últimos días, sólo sé que el tiempo en el que la conocí mostró ser una persona que amaba a Cristo, y es muy injusto que se trate de manchar su nombre por la manera en la que murió, no basta con la terrible muerte de una persona asesinada que luego después de la muerte la gente quiera hacer conjeturas donde justifique al asesino, cosas como "Se expuso, andaba muy tarde en la noche, ¿Quién sabe en qué andaría", son cosas que sólo una mente retorcida puede hablar sin haberla conocido. Ella trabajaba hasta tarde de manicurista, en Perú los horarios de trabajo son así, no como en Venezuela, que ya a partir de las 5 de la tarde no ves más transporte público, de hecho, ya en Venezuela no hay transporte público. En fin, lo que trato de decir es que no se puede andar por la vida justificando a los asesinos que andan sueltos con armas matando a diestra y siniestra.
En todos los países operan bandas criminales, y el Estado no vela por la seguridad de sus habitantes, menos por la seguridad de los extranjeros, quienes hemos emigrado sabemos que en Latinoamérica se han perdido los valores morales, y eso se ve reflejado en un Estado que si no les importa sus propios ciudadanos, menos les va a importar un grupo de emigrantes. Me sentí vulnerable, me sentí asqueada, de hecho la noticia me sacudió el alma.
Pensaba constantemente en las noches en las que después de salir de la academia ella le decía a su esposo que me diera la cola (que me llevara hasta mi casa) para que yo no corriera peligro en la calle. Su esposo en ese tiempo cuidaba mucho de ella, ella me decía cuán segura se sentía cuando el le brindaba esa protección que tanto necesitaba, y saber que murió en Perú, saber que ella ayudó a tantas mujeres, y ver cómo acabó me parte, sé que ella está bien, sé que otra vida hay después de esta, pero nadie merece que le quiten la vida, tampoco se puede decir "Dios lo quiso así", Dios no es un ser sadico que le guste ver el mal en la tierra, nosotros vivimos en un mundo caído, donde mucha gente decide hacer el bien, pero muchos otros han decidido hacer el mal, ser oscuridad, y alguien decidió apagar su luz, su luz de amiga, su luz de madre, su luz de hija...espero que Dios haga justicia. Agradezco el tiempo que pude compartir con ella, de ver su risa, de oírla y de haber visto su testimonio de vida.
Me sentí muy afectada y siento que aún lo estoy, como madre pienso en mis dos hijos, en estar para ellos, y Dios me ayude a verlos crecer y convertirse en hombres de bien. Amén.
Lili.
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