“Quien
no vive para servir,
No
sirve para vivir”
Enseñando
a nuestros niños un espíritu de servicio
Cuando usted piensa en el niño “ideal”, el
servir no es la primera cualidad del carácter que le vendría a la mente. Tal vez esa sea la razón por la cual tantos
en la generación del “Yo” estén menos preocupados en servir que en ser
servidos. De hecho lo vemos en nuestros
líderes, quienes en vez de llegar a sus puestos de poder para gestionar
bienestar hacen todo lo contrario, se sirven de los bienes de la nación y el
pueblo sufre.
En el corazón del asunto, la sensibilidad
para servir, aun el instinto, es fundamental para el éxito balanceado en
cualquier área de la vida. Sin ella el
liderazgo sufre. El siervo líder que describió Jesús: “El que quiera hacerse
grande entre vosotros será vuestro servidor” (Marcos 10: 43). Es un mejor motivador y mucho más agradable
que el que guía a base del temor. Una
pareja donde no se sirven el uno al otro, ni satisface a los cónyuges, ni dura
mucho tiempo sin que uno de ellos se sienta cargado. Y
la personalidad humana está en peligro cuando no gana un sentido de realización
sirviendo la causa de la verdad en asuntos morales, o haciendo bien a los
demás.
Entonces, ¿cómo el instinto servicial se
inculca en un niño en su etapa de desarrollo? Cómo en otras áreas, el niño
aprenderá más por el ejemplo que le den en su casa. Pregúntese:
-
¿Me ve mi hijo colaborando en las
labores del hogar?
-
¿Tomo yo los trabajos más serviles, o le
asigno a mi hijo las tareas más desagradables?
-
¿Tengo la costumbre de buscar pequeñas
maneras de hacerle la vida más fácil a mi hijo, o pienso que hace sólo lo que
tiene que hacer?.
-
¿Mi hijo me ve ayudando a otros?.
Si todo esto suena más como una lección para
los padres que para los hijos, usted ha recibido el mensaje y es que el proceso
empieza en nosotros , entonces si damos
nuestro propio ejemplo podremos dar otros pasos para guiarles a ser
serviciales:
1) Un niño en edad preescolar sentirá el
placer de ayudarle si usted le involucra en cosas pequeñas. Yo empecé a hacerlo con mis pequeños y un día
uno de mis hijos me sorprendió cuando estaba sentada tomando un descanso, tomó
la escoba y estaba terminando de barrer, yo me sentí tan orgullosa de él y que
poco a poco ha estado desarrollando ese espíritu de servicio y colaboración.
2)
Cuando
el infante llega a la edad de 4 o 5 años y su sentido de autonomía está seguro,
comience a envolver al niño en ayuda genuina, como recoger sus juguetes y elógielo
reconociéndole por su servicio.
3)
Tome
fotos cuando su hijo realice actividades de servicio en la familia y resalte
éstos en su álbum familiar como parte de lo que se valora en su hogar y logros
importantes de su familia.
4)
Pida a su familia que desarrollen un
proyecto de servicio juntos, en mi caso, mis hijos me ven sirviendo en mi
comunidad en diversas actividades, busque algunas donde usted pueda incluir a
su familia y en donde se resalte la ayuda al prójimo, y que sea una iniciativa
y costumbre familiar, con el tiempo sus hijos asumirán por si mismos la
importancia de bendecir a otros con sus vidas a través del servicio. Este
trabajo debe ser voluntario y usted como padre debe ser el primero en tomar la
iniciativa.
5)
Si
su hijo es un adolescente, comparta y reflexione junto a ellos algunas citas bíblicas
sobre el servicio o pensamientos
de grandes líderes que sirvieron a sus comunidades, (sugiero Mateo 20: 26-28,
Marcos 9: 35, Juan 13: 12-15, Romanos 15: 1-3, Gálatas 6: 10, Filipenses 2:
3-8) .
Cada mes haga un inventario conciente del
servicio de su hijo y del suyo también. Enséñele
a su hijo que la persona que está lo
suficiente segura de sí misma como para servir, es la que será mejor líder en
el mejor sentido de la palabra. Gracias por leerme y si te gusta este material no dudes en compartirlo. Un abrazo y mil bendiciones, Liliana.
“El
servicio que más cuesta es el más bendecido”.
Alicia
Beatriz Angélica Araujo
0 comentarios:
Publicar un comentario