Aún puedo recordar el día en que te abracé, sin haberme imaginado que habrías de volver, llegando para quedarte, eso no lo imaginé, convirtiéndote en mi mejor sonrisa y mi precioso querer.
Aún recuerdo la primera despedida en aquel terminal, mientras me alejaba, poco a poco empecé a llorar, porque entendí que quería contigo una historia sin punto final, un sueño verdadero que oliera a hogar.
Aún haces que el tiempo se detenga y no haya nada más cuando me dices: "Te amo...con el Señor lo podemos lograr", los miedos se alejan y mis tristezas se van; cuando me miras a los ojos y en tus brazos puedo estar.
Aún logras ponerme de buen humor cuando todo es un caos y hay dolor, no es difìcil contigo reír y reír, haces que vea lo bonito de sentir y vivir.
Aún anhelo como el primer beso escuchar de tu boca cuando dices: "Te amo", verte practicando con hechos y no sólo palabras cuánto me apoyas y cuánto me amas.
Liliana.
(Octubre 2009).
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