Allí estaba yo, junto a mi silencio,
abrazándole, saboreándole,
entendiéndole,
feliz de tenerle, y que éste me
descubriera,
creciendo a su lado,
entendiendo la necesidad de él en este tiempo tan exacto y preciso en que la
vida me trajo a descubrir lo mejor de mi edad...y de mi ser.
Allí estaba yo, y
el silencio me sonreía,
en cada encuentro con ternura
me veía, me entendía...mi yo estaba sanando y ya no había vuelta atrás.
Autora: Liliana A. L.
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