Cuando la abuela me cuidaba
Cuando la abuela me cuidaba nos solíamos reír, eran las horas más maravillosas para irnos a divertir,
las aventuras a su lado no tenían fin, eran como cuentos encantados de los que no te querías ir.
Cuando la abuela me cuidaba, eran tiempos de dibujar, cantar y comer sin parar, te miraba de arriba abajo y te decía que flaca estás, te sentaba a la mesa y sus recetas deliciosas te servía sin dudar. ¡Hay que engordarte!, decía ella, y en la panza ya no me cabía un pedazo más, pero ella insistía: ¡Este es el último pedacito! y abrías la boca y a masticar.
Cuando la abuela me cuidaba eran tiempos para escuchar esas historias, que podría oír una y otra vez, mis primos y yo reíamos de sus ocurrencias y bendecíamos tenerla en su vejez.
Cuando mi abuela me cuidaba me sentaba en sus rodillas, me susurraba un te quiero y me hacía dormir, me arropaba y pedía por mí al cielo, era mi ángel de estrellas que no quisiera ver partir.
Dedicado a mi abuela, con amor, tu nieta.
Liliana Lizcano.
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