Cada
día de nuestra vida hacemos depósitos
en el
banco de memoria de nuestros hijos.
Charles
Swindoll
Su hijo puede ser limpio
y ordenado
¿Recuerda alguno de
ustedes el viejo refrán de las abuelitas que dice “la limpieza va con la pureza”?,
los regueros son el malestar de cabeza de toda madre y nos convencen que el
valor de la limpieza es un valor aprendido y éste empieza evidentemente desde
el hogar. Uno de los peores errores de
las madres con hijos varones es que éstos quehaceres no son para ellos y ponen
a las hijas hembras a llevarlos a cabo, mientras que el hombre va asimilando en
su mente que es la mujer quien debe hacer esto, y eso se ve en TODO hogar
matriarcal, donde la madre no permite que el varón haga labores domésticas,
colocando en la mente del chico el chip de “inútil” en el hogar.
La Limpieza y el orden pueden ser
habilidades aprendidas, pueden ser adquiridas como hábitos positivos que
reemplacen a oros más pobres que tengamos.
Pero la pregunta sería ¿cómo?:
1)
La respuesta está en las
habilidades comunicativas de los padres. Sus metas para con sus hijos deben ser
comunicadas eficazmente antes que ellos puedan pretender lograrlas. Y el objetivo final es que su hijo sea
autodisciplinado.
2)
El niño debe saber que su deseo
principal es que él sea responsable por sí mismo. Si el niño no entiende la meta de la
autodisciplina, sus esfuerzos por cambiar el comportamiento serán
constantemente frustrados. Pero si el
niño adquiere un sentido de responsabilidad propia, su labor como padre
disminuirá y los hábitos saludables del muchacho permanecerán con él hasta que
se convierta en adulto.
3)
Comience esta labor preguntándose a
usted mismo como padre o madre: ¿estoy esperando de mi
hijo un comportamiento que ni yo mismo puedo cumplir?. ¿Dejo yo mis cosas
ordenadas? ¿limpio lo que ensucio?. Pregúntese
también ¿Estoy esperando de mis hijos un nivel de limpieza mayor de lo que
ellos puedan dar de acuerdo con su desarrollo mental?, recuerde que esperar en
un niño el cmportamiento de un adulto lo llevará al fracaso.
4)
Acérquese a su hijo, y explique,
para asegurarse si puede hacer cosas como guindar o doblar su ropa, si no sabe muéstrele
cómo se hace.
5)
Evite la actitud de sargento. Usted sabe cuál es ese estereotipo, del
sargento que sólo sabe pegar gritos para que el soldado siga las instrucciones
por miedo a las consecuencias. Pero
cuando los soldados están solos no cumplen con lo que el sargento pidió y por
el contrario hablan mal del sargento, muchas veces como hija sentí esa
sensación y dije que sería diferente cuando fuera madre, al serlo no lo aprendí
de la noche a la mañana pero uno va instruyéndose. Como padre usted tendrá más éxito si motiva a
sus hijos
6)
Reemplace las órdenes o mandatos con
opciones ¿qué prefieres, recoger tus juguetes o no ver televisión esta
noche?. Si elige no recoger sus juguetes
está haciendo una decisión consciente de perder los privilegios de ver
televisión, dándole a escoger las opciones para poner a funcionar el proceso de
hacer decisiones basado en la responsabilidad propia, ¡esta será la mejor
manera de entrenarlos!.
7)
Combine la gentileza con la firmeza, sin
ira, si la ira acompaña sus requerimientos, a menudo, su hijo aprenderá a
obedecer sólo cuando lo vea enojado.
8)
Cuando sus órdenes sean desafiadas no se
sorprenda. Es normal. Indique claramente
a lo que usted está decidido. Si el niño o la niña dicen que quieren hacer otra
cosa, dígales que entre más rápido haga la labor encomendada más pronto podrá
ir a jugar o hacer la otra cosa que ellos desean hacer.
En todos los esfuerzos instructivos deje que
la paciencia lo guíe, finalmente comparto algo con usted que me dijo una
anciana madre: “Muchas madres y padres
se enojan cuando ven los juguetes de sus hijos regados por la casa, yo les
aseguro que un día no enojará sino que dolerá muchísimo cuando ya esos juguetes
no estén y ya hayan alzado vuelo lejos de casa”. Muchas gracias por visitar este blog, si
desea dejar un comentario puede hacerlo, por favor comparta esta información
con otros en sus redes sociales si les fue de ayuda.
Liliana.
Cuando le enseñas a tus hijos, le enseñas a tus nietos.
Liliana.
Cuando le enseñas a tus hijos, le enseñas a tus nietos.
Gracias lili
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