Otra vez se fue la luz
"¡Otra vez se fue la luz!" Dijo mi abuela, yo en seguida pegué la carrera para buscar los brazos de alguna de mis tías o tíos. Y veía a mi abuela con la vela acercándose a la sala tapándola un poco para que no se fuera a apagar.
Empezaba el calvario para mí y la alegría para mis tíos y tías. Todos se sentaban y mi abuela con la vela.
En esa ocasión recuerdo que dijo:
- Hoy voy a hablarles de la Sayona o llorona.
- ¡Ay no mamá! Ése ya lo conocemos.
Dijo un tío
Yo interrumpí:
- Yo no me lo sé.
Y pues mi abuela empezó a contar el cuento pero a su manera:
- Bueno, era una vieja que mató a los hijos, y a esa toche, Dios la castigó y no la recibieron ni en el infierno y se quedó penando por sus hijos, llorando por todos lados en la noche.
Siguió hablando pero esta vez mi abuelita acercó la vela y puso una mueca fea y dramatizada:
- ¡Aaaaayyy mis hijooooos aaayyy!
Yo más asustada que el Chavo en el capítulo de los espíritus chocarreros, me tapaba la cara y temblaba. Con cinco años eso era tortura, mucho susto.
Ella seguía:
- Busca a los niños de todas las ciudades pensando que son sus hijos, busca y busca en cada casa a ver si los encuentra.
Mis tíos y tías me miraban a mí y yo decía:
- Pero ustedes me van a cuidar ¿Verdad?.
Mi tío Héctor contestó:
- ¡Claro mi chinita!.
Bueno, qué cosa tan terrible, qué madre tan mala la Sayona o llorona ésa, pensaba yo. Al tiempo el gato de mi infancia, Nerón, tuvo una novia, y se encontraban en el techo de la casa. Y la gata empezaba a pegar esos maullidos y yo me acordé de la llorona, me tapé con la sábana.
Dije: "esta vieja piensa que yo soy su hija y vino a buscarme, está en el techo".
Yo me pasé a la cama de mi abuela la segunda noche, otra vez escuchaba ese chillido feo y yo dije:
- ¡Abuela, la Sayona está en el techo!.
Mi abuela se rió.
Pero como los amores de esos dos gatos continuó y yo me levantaba disparada del susto con los maullidos de la condenada gata, mi abuela me sacó afuera y me dijo:
- Mamita, no es la Sayona, es Nerón y la novia.
- ¿Y por qué llora así?.
- Porque ella también busca hijos, pero no los ha tenido aún.
Entonces ya transcurrido el tiempo, cuando estaba en segundo grado de primaria, a mi maestra Eva se le ocurrió darnos esa leyenda en clase.
Si, ya deben imaginarlo. Yo en mi escrito dibujé a la Sayona como una gata maullando pidiendo hijos.
Fin.
Lili.
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