Aprendí a sonreír
en mi adversidad,
bajo la lluvia de la tempestad,
aprendí que puedo vencer mis miedos,
que no habrán siempre nubes negras en el
cielo.
Aprendí a luchar por mis sueños,
a creer y construir mis anhelos,
aprendí que hay puentes que se construyen,
y otros que se queman o se tiran hacia el
suelo.
Aprendí que no sólo puedo abrir puertas,
sino que debo cerrarlas también,
aprendí a tomar té o café
no importa lo que elija aprendería a ser,
a elegir por mí misma, y a elegir todo
para mi bien.
Aprendí a quererme, a valorarme, a volar,
aprendí que no hay distancias a las que no
pueda llegar.
Aprendí con la lluvia a danzar y sonreír,
aprendí que a pesar de dura, la vida se
vive,
¡Aprendí a vivir!.
Por: Liliana A. Lizcano
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