Abigail llegó hace rato y tocó a la puerta, habíamos acordado hacer hamburguesas hoy viernes, ya en la tarde me había mandado un mensaje de texto diciéndome que tenía un "cuento" para contarme. Preferimos bajar y cocinar en su casa que tiene más espacio.
- Lili, hoy vi al maracucho y al gocho en el almuerzo.
- ¿Y qué tal?.
- Sentí una especie de enredo en mi corazón al principio. Creí que podía dejarme guiar por mi corazón.
- No hay nada más engañoso que el corazón, y sin que lo tomes a manera religiosa hay un versículo de la biblia que dice:
"Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá?, Yo, tu Dios, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras."
- ¿En serio dice eso?.
- Si, es en serio, ¿por qué crees que a veces nos dejamos llevar sólo por las emociones y nos va mal?. A todos nos llega a pasar alguna vez. En fin, ¿por qué dices que sentiste un enredo en tu corazón?.
- Porque vi al maracucho sentado comiendo con la muchacha de Monagas, y me molesté.
- ¿Celos?.
- Yo creía que si.
- ¿Y?
- Que sucedió algo que me hizo sentir peor aún.
- ¿Qué cosa?.
- El gocho estaba sentado comiendo solo y le llegó la muchacha de Barquisimeto y le preguntó si podía sentarse con él, él le dijo con la mano que tomara asiento, y ella estaba hablando y hablando con él, ¡Allí si que sentí celos!.
- ¿Por qué no intentas explicarle cómo sucedieron las cosas?.
- Porque no sé cómo tocar el tema, porque me siento como una tonta. Yo sólo veía cómo ella se reía y sentía más celos. En eso llegó el caraqueño y se sentó a mi lado, comiendo me decía en voz baja:
- Deja de ver tanto a su mesa o notará que mueres por él.
- ¡Yo no muero por él!.
- Se te nota que te interesa. Por cierto ¿y ese almuerzo tan venezolano?.
- ¿Quieres? Ya se me quitó el hambre viendo a esos dos.
Y nuestra Abigail le dio su almuerzo al caraqueño mientras que estaba molesta viendo al gocho con la muchacha de Barquisimeto. En eso el caraqueño le pregunta:
- ¿Tú hiciste esta comida?, siento que regreso con cada bocado a la casa de mi mamá.
- No, una amiga los hace.
Seguía mirando al gocho hable que hable con la otra chica.
- Te daré dinero y mañana sábado me traes uno, por favor. Y ya vamos a la oficina que no te hace nada bien verlos.
Fue así como Abigail entendió que sentía algo sumamente especial por el gocho y sólo se percató en ese instante, cuando su corazón sintió todo ese enredo.
Lili.
a ver estoy perdida donde encuentro la novela completa , me perdi varios episodios
ResponderEliminar¡Hola Dany!, en las etiquetas a tu mano derecha del blog la etiqueta que dice Abigail, o la que dice Historia de amor, allí verás las relacionadas con su historia.
ResponderEliminar