Pancho y Pancha son dos abuelitos que trato desde hace pocos meses. Pancha cría pollos, y Panchito era pescador, ahora son sus hijos los que pescan y él arregla el pescado.
Hace varios días atrás nos invitaron a comer en la casa de ellos, fui con mis niños y al llegar estaba esperando toda una familia, nos sentamos y nos sirvieron.
No pasó mucho tiempo cuando Panchita dijo:
- Deberías contar una historia.
Yo estaba súper 'cortada' (tímida), y Pancho dice:
- No te hagas de rogar como el perrito, el Vigilante. Cuenta el de la otra vez cuando estábamos en clase.
Yo veía a sus hijos y nueras serios esperando a ver.
¿Qué iba yo a contar? No estaba en confianza. Empecé a responderles sus preguntas e inquietudes sobre Venezuela.
Me preguntaron qué opinaba sobre el presidente de acá y lo arremedé sin querer y empezaron a reír. El abuelo reía y reía y tanto fue la risotada que se le salieron los dientes, cayendo su plancha en la mesa. Mi hijo menor gritó:
- ¡Mira con todo eso el hada de los dientes te hará millonario!.
Ahora la familia tendrá una nueva anécdota para bromear con los abuelos.
Fin.
Liliana Lizcano.
Jaja casi largo los dientes...
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