Algunas personas nacen para amarse desde alma, sin siquiera haberse visto, de pronto, cuando se reconocen, no importa la distancia, no importa las barreras y dificultades, el amor, está allí, como si siempre hubiese estado, tan natural, tan único, ese tipo de amor que no ocurre con frecuencia, pero que existe y es tan real para esos dos corazones que lo sienten y que aunque jamás se han visto en persona, han aprendido a conocerse el alma. Esta historia de hoy trata de eso, es una historia real, que tuvo de escenario a Portugal y a Venezuela.
Todo empezó cuando Adolf Hitler incio su plan de conquista y guerra, Ángel Pereira López un niño portugues tuvo que ir a la guerra, pero al ver que no era capaz de disparar porque se iba para atrás con el arma, lo dejaron en la cocina por cuatro años, él soñaba en la cocina con llevar una vida normal, con volver a saber qué era estar en familia, estando allí aprendió con humildad a servir y a callar, pero también conoció a Sofía María, una niña también de Portugal, se conocieron a través de las cartas, ese era en aquel entonces "el internet" a puño y letra de las personas. Nada ocurre por casualidad ni por equivocación, y cuando esta carta llegó a sus manos, Ángel quedó atrapado en aquella hermosa escritura, en aquellas palabras que despertaron en él, una curiosidad, la respondió y para su sorpresa, ella volvió a escribir, y así inició una historia, donde Sofía le acompañaba con sus cartas en medio de esos cuatro años, las cartas tardaban tres meses en llegar tanto a ella como a él, y se había convertido en parte de la rutina de ambos, allí se perdían soñando, contando lo que sus almas anhelaban, sus miedos, sus pequeñas alegrías diarias, sus secretos, poco a poco fueron desnudando sus corazones, pensando que jamás se verían, que sólo podrían ser buenos amigos de correspondencia, ya se querían, se extrañaban, ese amor empezó a crecer en sus corazones.
Ángel, regresa a Portugal, y para ese momento, su hermano mayor había emigrado a Venezuela, huyendo de la miseria y de la guerra, su hermano para proteger a su hermanito, lo pidió.
Ángel, quería ver desesperadamente a Sofía, pero urgía que saliera del país cuanto antes, lamentablemente no pudo cumplir su sueño de ver el rostro de la muchacha que le había acompañado en esos cuatro años a través de las cartas. Entonces Ángel llegó a Caracas, (estuvo seis meses allí), su mente no olvidaba a Sofía, y decidió volver a escribirle y a contarle lo hermosa que era Caracas, Sofía quedó atrapada por todo lo que él le describía, sin embargo Ángel tuvo que irse a Falcón, donde estaban más portugueses refugiados y así estar con sus primos y otros familiares que habían llegado para huir de la guerra.
Ángel, regresa a Portugal, y para ese momento, su hermano mayor había emigrado a Venezuela, huyendo de la miseria y de la guerra, su hermano para proteger a su hermanito, lo pidió.
Ángel, quería ver desesperadamente a Sofía, pero urgía que saliera del país cuanto antes, lamentablemente no pudo cumplir su sueño de ver el rostro de la muchacha que le había acompañado en esos cuatro años a través de las cartas. Entonces Ángel llegó a Caracas, (estuvo seis meses allí), su mente no olvidaba a Sofía, y decidió volver a escribirle y a contarle lo hermosa que era Caracas, Sofía quedó atrapada por todo lo que él le describía, sin embargo Ángel tuvo que irse a Falcón, donde estaban más portugueses refugiados y así estar con sus primos y otros familiares que habían llegado para huir de la guerra.
Cartas iban y venían de Venezuela a Portugal y viceversa. Así duraron 4 años más aquellos chiquillos, que poco a poco iban creciendo y que ahora sentían más que un amor de niños, ahora eran adultos que no dejaban de pensarse el uno al otro. Ángel no dudó en pedirle a Sofía que se casara con él, sin jamás haberla visto, así que para que Sofía pudiera ir legalmente a Venezuela y con permiso de sus padres, se casó a distancia, si, como lo leen, a través de un procedimiento que se llama: Matrimonio por procuración a través del Consulado de Portugal los padres de Sofía fueron con ella, y Ángel también lo hizo así pero por el Consulado de Portugal que está en Venezuela, así contrajeron matrimonio sin conocerse, y los padres de Sofía para estar seguros de dicho paso le pidieron a los padres de Ángel que fueran a la iglesia, y los cuatro padres bendijeron a la jovencita frente al altar, ya que ellos eran muy católicos y era costumbre que tanto la familia del novio como la familia de la dama dieran la bendición a la novia.
La joven emocionada preparó su maleta, abrazó a sus padres, y subió al barco que la llevaría a Venezuela. Ángel la estaba esperando en el Puerto de la Guaira, emocionado, con ansias de conocer a la mujer que le escribió durante ocho años las cartas, la mujer que lo enamoró con sus escritos, que le dio aliento cuando él sentía que ya no podía más, aquella mujer llegó a Venezuela, la gente bajaba poco a poco, y allí estaba Ángel esperando con su cartel, ella sonriente se acercó y él sin dudar la abrazó, por primera vez se veían cara a cara después de tanto tiempo.
Ella tímidamente pronunció algunas cosas en portugués y él sonriente no podía creer que su voz era como siempre la soñó, estaba perdido en su mirada, y ella con su sonrisa mostraba su felicidad. Sofía María se llevó su traje de novia y se vistió para de inmediato ir juntos a un foto estudio, en aquel tiempo tomarse una foto era todo un lujo, pero ellos debían enviar una prueba a sus padres que estaban juntos y que habían recibido la bendición de Dios, hicieron todo lo respectivo a su fe y emprendieron una vida en Venezuela, más tarde se irían a vivir al Estado Falcón.
De este gran amor nacieron 4 hijos, 1 varón y 3 hembras, de las cuales, Fátima, fue quien compartió esta historia conmigo, esta historia no termina, Fátima, también es protagonista de un gran amor que se dio en Venezuela, pero hoy quería darles el preámbulo de la historia de sus padres. Ella me manifestó que en aquel tiempo sus padres se sintieron felices de llegar a Venezuela, se les brindó oportunidad de trabajo, nunca hubo una manifestación de desprecio o de humillación, lo único que pudiera sonar "feo" aunque según ella, su padre lo tomaba como una expresión de cariño, era cuando le llamaban "Musiú" o "Portu", pero que nunca se les dijo groserías, ni se les trató mal, ni se les negó la oportunidad de trabajar dignamente en Venezuela, cuenta que Ángel vendía verduras, le costó un poco el idioma, pero se adaptaron al país, al punto de amarlo y quedarse para siempre aunque el país de ellos salió de la crisis, ellos ya amaban a Venezuela y a su gente, se sintieron parte del país, como venezolanos y no extranjeros. A continuación la foto de Ángel y de Sofía.
Si te gustó esta historia puedes dejar tu comentario y compartirla, abajo hallarás los botones para cada red social. Gracias por visitar mi blog, y no te pierdas las demás historias que vienen día a día, en especial la de Fátima, hija de Ángel y de Sofía.
Un gusto haberles tenido por acá, con cariño, Lili.
La joven emocionada preparó su maleta, abrazó a sus padres, y subió al barco que la llevaría a Venezuela. Ángel la estaba esperando en el Puerto de la Guaira, emocionado, con ansias de conocer a la mujer que le escribió durante ocho años las cartas, la mujer que lo enamoró con sus escritos, que le dio aliento cuando él sentía que ya no podía más, aquella mujer llegó a Venezuela, la gente bajaba poco a poco, y allí estaba Ángel esperando con su cartel, ella sonriente se acercó y él sin dudar la abrazó, por primera vez se veían cara a cara después de tanto tiempo.
Ella tímidamente pronunció algunas cosas en portugués y él sonriente no podía creer que su voz era como siempre la soñó, estaba perdido en su mirada, y ella con su sonrisa mostraba su felicidad. Sofía María se llevó su traje de novia y se vistió para de inmediato ir juntos a un foto estudio, en aquel tiempo tomarse una foto era todo un lujo, pero ellos debían enviar una prueba a sus padres que estaban juntos y que habían recibido la bendición de Dios, hicieron todo lo respectivo a su fe y emprendieron una vida en Venezuela, más tarde se irían a vivir al Estado Falcón.
De este gran amor nacieron 4 hijos, 1 varón y 3 hembras, de las cuales, Fátima, fue quien compartió esta historia conmigo, esta historia no termina, Fátima, también es protagonista de un gran amor que se dio en Venezuela, pero hoy quería darles el preámbulo de la historia de sus padres. Ella me manifestó que en aquel tiempo sus padres se sintieron felices de llegar a Venezuela, se les brindó oportunidad de trabajo, nunca hubo una manifestación de desprecio o de humillación, lo único que pudiera sonar "feo" aunque según ella, su padre lo tomaba como una expresión de cariño, era cuando le llamaban "Musiú" o "Portu", pero que nunca se les dijo groserías, ni se les trató mal, ni se les negó la oportunidad de trabajar dignamente en Venezuela, cuenta que Ángel vendía verduras, le costó un poco el idioma, pero se adaptaron al país, al punto de amarlo y quedarse para siempre aunque el país de ellos salió de la crisis, ellos ya amaban a Venezuela y a su gente, se sintieron parte del país, como venezolanos y no extranjeros. A continuación la foto de Ángel y de Sofía.
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Un gusto haberles tenido por acá, con cariño, Lili.
Bella historia
ResponderEliminarGuao!! El señor Angel era todo un Papa hongo!!
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