Un Tiburón que vivía en la costa
era buen amigo de los pulpos y de las ostras
era un Tiburón especial y diferente,
le gustaba leer, bucear y andar como la gente,
era un tiburón elegante y vegetariano,
compartía con los niños y les hablaba en italiano.
Los peces se asustaban al verle llegar,
pero luego al conocerle sabían que en él podían confiar,
comía algas marinas y de vez en cuando iba a un restaurant,
a la orilla de la playa solía preguntar:
"¡Oye marinero! ¿Tienes frutas que me puedas dar?
Si tienes verduras ¡más alegre tú me harás!".
Los demás tiburones le veían como un bicho raro,
por querer ser escritor o el guardián del faro,
nadie entendía que tenía un tierno corazón
pero a él no le afectaba ninguna mala opinión.
Él sabía quién era y eso era lo importante,
pues en el mundo todos somos diferentes,
aunque todos seamos iguales.
Por: Liliana Lizcano.
(Escrito en Valencia - Venezuela, Mayo 2018)
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