miércoles, 29 de octubre de 2025

El nudo y el río

 

El nudo y el río

 

Tuve un nudo en el pecho.

No era un nudo de hilo,

era de agua contenida.

 

Una represa de silencios,

años retenidos entre costillas,

palabras que nunca dije

por miedo a que dolieran más al salir.

 

Entonces lloví.

Sin aviso, sin consuelo,

lloví como si mi alma

fuera un cielo cansado de retener tanto.

 

Lloré hasta confundirme con el río,

hasta que ya no supe

si el agua era mía

o si era yo la que corría dentro de ella.

 

Y entendí que el dolor

no se cura con fuerza,

sino con permiso.

 

Porque a veces sanar

es dejar que se desborde todo,

para que el corazón, por fin,

pueda volver a respirar.


Liliana.

Porque todavía te extraño.

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