domingo, 31 de mayo de 2020

Chicha andina

  Había una vez una bebida llamada Chicha, vivía en San Cristóbal, con su mamá, doña Canela y su papá, que era un kilo de arroz, Don arroz crío a Chicha con buenos principios, amaron mucho a su vasito de Chicha, la pequeña hacía a todos sonreír, aunque no faltaba el que arrugara la cara al verla, porque nadie es monedita de oro para agradarle a todo el mundo, de monedita de oro hablaremos en otro cuento.  Bueno como les iba diciendo, Chicha era una bebida que endulzaba a la gente, pronto se hizo amiga de otra niña, tenía mala fama esa bebida, un día Cocuy invitó a Chicha a salir:

- ¡Chicha vamos a dar una vuelta!

- No puedo, debo hacer mi tarea de bebidas típicas del Táchira.

- Ven, que yo te voy a mostrar un lugar donde puedes investigar.

   Su amiga Agüita que estaba con Chicha haciendo la tarea, le dijo:

- No vayas, Cocuy tiene mala fama en el pueblo.

- ¿Y sí vamos un ratico? Vamos Agüita, nos cuidaremos la una a la otra.

- Está bien, pero recuerda que debo regresar a mi casa temprano.

   Y es que agüita era una bebida a la que todos amaban, se la pasaba regando las plantas, dando de beber a los animalitos de la calle, limpiaba, en fin, Agüita era muy amada por ser tan diligente, aunque también era criticada por ser tan "simplona".

   Así Cocuy llevó a Chicha y a Agüita a un bar.  Ya van a ver qué pasó, entraron y Cocuy les presentó a Cerveza, ella ya estaba lista para deslizarse en el escenario en un tubo, todos enloquecían por ella, Cerveza les dijo:

- ¡Este no es ambiente para estas niñas!, Tú si puedes estar, Cocuy.

   Cocuy le pidió a Cerveza que dejara a estas tiernas bebidas estar un rato.  Y Cerveza contestó:

- Bueno, pero mucho cuidadito porque no quiero tener problemas con doña Canela y don Arroz.

   No había terminado de hablar cuando llegó la amiga de Cocuy: Tequila, una bebida chaparrita pero peligrosa.  Todos se volvían locos por ella y ella a muchos les rompía el corazón.  Tequila era muy inestable en el amor, andaba con un novio, Limón, pero éste cuando vio a Agüita quedó prendido de amor, disimuló porque estaba Tequila.

   También se acercó a saludar Ron, un tipo ya mayor que le gustaban más jóvenes que él.  Vio a Chicha y enseguida quiso hacerla suya.  Ron se presentó con Chicha y ella se sintió atraída con tantas palabras de caballero.  Se fueron a bailar y entre beso y beso con Ron, se emborrachó.

   Mientras que Agüita y Limón estaban charlando.  Limón le contó que venía de una familia bonita, su papá, un árbol de Limón, le enseñó la importancia de vivir a plenitud.

- Si tu familia te enseñó eso, ¿Qué haces con Tequila?, ella tiene fama de romper corazones.

   Él se sintió avergonzado y respondió:

- No lo sé.  Siempre he soñado con casarme con una bebida que me permita brindarle al mundo algo refrescante, pues sólo soy amargo pero con una dama como tú todo sería distinto.

  Y así, le robó un beso.  Bueno, ese fue el inicio de la limonada.

   En eso interrumpe el mesonero que era una botella de vino y le dice que su amiga Chicha estaba en el baño vomitando. 

   Agüita al entrar al baño encontró todo vuelto una "chicha" toda Chicha estaba regada en el suelo y a duras penas podía volver a ponerse en pie, ya cuando el vaso estaba de pie, Agüita decidió llevársela de allí.

- ¿Qué has hecho?

- Amo a Ron, es el hombre de mi vida.

- Mejor volvamos a tu casa.

   Pasaron los meses y Chicha llamaba a Ron, pero él no le respondía sus llamadas y la dejaba en visto, hasta que lo vio pasar con una copa, a ésa la llamaban Margarita, la cual siempre se paseaba con una sombrillita e iba pelando el diente, cuando Chicha los vio, rompió a llorar, derramando toda su canela por los ojos.  Se armó de valor y le dijo a Ron que esperaba un bebé, Ron le dijo que ese hijo podría ser de cualquiera, que fue sólo una noche.

   Chicha no tuvo más remedio que confesar a sus padre lo que sucedía y Don Arroz se enojó mucho, la llamó hasta ramera, le dijo que había pisoteado el honor de la familia y la echó de la casa, pero la madre de Chicha, doña Canela, le dio la maleta con sus cosas diciéndole:

- Tranquila hija, ve con tu padre.

- Pero ¡me acaba de echar de la casa!

- ¡Tu verdadero padre es Kilo de pasta!

   Eso marcó y lastimó a Chicha mucho, porque ella siempre había pensado que era chicha de arroz como todas las demás chichas, jamás imaginó que su madre le fuera infiel al papá-  Entonces se fue a buscar a su verdadero papá, que la recibió, pues siempre vivó amando a la canela.  Llegó el tiempo en que Chicha dio a luz, y el bebé salió medio extraño, don Pasta la ayudó con el parto pues como estaban en cuarentena no podía ir al hospital. Vio a su nietico, el bebé nació con la nariz y colita de un cerdito, Chicha con ternura lo tomó en sus brazos y lo llamó: Chicharrón.

Fin.  

jajajajajajaja no me golpeen, es sólo un cuento jajajajajaaja los quiero mucho. ¡Feliz domingo! que nadie me les apague la sonrisa, Lili. 

 


sábado, 30 de mayo de 2020

La joven de la Feria de la comida.


   Aquel viernes los muchachos se fueron a la Feria de la Comida en un centro comercial de Valencia llamado Metrópolis, iba un chico al que le llamaban "Tripa Seca", una amiga apodada "Pecas", Ricardo, María, Marcos, Arturo y Santiago.  Todos estaban hablando en el camino qué iban a comer.



- Yo quisiera pizza.
Dijo Tripa Seca.



- Yo me comeré una ensalada.
Dijo Ricardo.



  María dijo sonriente:



- Yo voy por una hamburguesa que chorree toda la grasa del mundo.



-Me anoto.
Añadió Arturo.  


- ¡Yo también!
Dijo el Tripa Seca.



Marcos y Santiago pensaron en comer comida árabe. En eso notaron que Pecas ya no estaba con ellos, ya había llegado al piso de la feria de la comida y llevaba rato probando en cada una de las tiendas de comida las muestras gratis jajajajaja.


- ¡Qué raro tú, Pequitas! ¿Qué vas a comer?. 

Preguntó Marcos. 

- No sé, algo ligerito.  (Contestó con una sonrisa) Creo que comida árabe estará bien, pero vamos y probemos las muestras, yo los acompaño y así repito jajajajaja. 

  Y así los chicos se fueron a probar las muestras y a ver en cada uno de los puestos cómo lucía la comida para ordenar.  Pasaron por el puesto de la comida árabe y había una muchacha que sostenía una bandeja con muestras gratis, todos agarraron una, Santiago agarró su muestra con cierta timidez, Tripa Seca le dijo a Santiago:

- Agarra sin miedo. 

   La muchacha sonreía, y Santiago correspondía la sonrisa con nerviosismo.  Aquel día fue un día normal de compañerismo, pero en la mente de Santiago había quedado una especie de inquietud en su ser, algo que él no se explicaba, miraba mucho a la muchacha de la bandeja, él creía que algunos no nos dimos cuenta, pero durante la comida sus ojos se iban al puesto de la comida árabe.  Tripas Secas que era tan imprudente y que no dudaba en hacer avergonzar a cualquiera con sus ocurrencias, le dijo: 

-Anda y le dices que eres descendiente árabe y que quieres comer Shawarma con ella. 

Dijo picándole el ojo. 


María dijo con la boca llena de hamburguesa: 

- O dile que tienes el mejor falafel jajajajaja 


Arturo agregó: 

- Y que le quieres probar el Cucús que ella cocina. 


- ¡Salir con ustedes es pasar pena! 

Exclamó Ricardo serio. 

- A mí no me metan en ese saco que yo estoy comiendo callada. Dijo Pecas. 

Santiago callaba. 

   Todos los viernes se iban a dar una vuelta allí y Santiago se desprendía para subir a ese piso y pedir una muestra en la tienda de comida árabe, sólo para ver a la joven. Uno de esos viernes que regresó con dos muestras en la mano, le dio una a Pecas y otra a Ricardo, quiénes con gusto las aceptaron y se la llevaron a la boca.  Ricardo después de comerla me miró con esa mirada que ya conocía, esa mirada que dice tanto y a la vez con la que guarda tantas cosas, con la que siempre me decía: "Acabo de ver algo", y es que ya desde niño Ricardo fue desarrollando un don, luego que estuviera a punto de morir siendo chico, se volvió sensible y un joven muy preocupado por leer de todo sobre la muerte, desde cosas científicas, religión, filosofía, etc. Él le llamaba visiones y sueños a algunas cosas que veía, algunos llegaron a llamarle Mediúm, cosa que siempre le ha disgustado, mentalista tampoco, profeta, tampoco, él dice que todos los seres humanos podemos percibir del mundo mucho más, que si existe un mundo microscópico que no podemos ver sino con un microscopio, lo mismo pasa con el mundo espiritual que existe pero sólo podemos percibirlo con los ojos del alma o del yo cuántico.  Bueno, Ricardo terminó de comer la muestra y le dijo a Santiago: 

- ¿Por qué tan interesado en la muchacha?.  

Santiago sintió vergüenza y pensó que Ricardo se refería a Pecas y le contestó:
- ¡No!, Pequitas es mi pana, le traje la muestra por compartir. 

- Yo me refiero a la muchacha de las muestras, siempre vas allá y no es porque te guste la comida árabe, a ti no te gusta la comida árabe, vas y pides estas muestras para verla. 

   Algo nervioso sonrió al escuchar a Ricardo decir eso y quiso desviar la conversación hacia otro tema, pero Ricardo le dijo:
- Cuando quieras hablar sobre Ana, me dices. (Dijo Ricardo mientras siguió caminando hacia el puesto de McDonald a comprar un helado que siempre solía comprar allí) 

- Oye Ricardo, ¿Cómo supiste el nombre de ella? (Preguntó Santiago)

   Ricardo no contestó.  Santiago miró a Pecas y ella encogió los hombros haciéndose la desentendida de la conversación y que no sabía nada, pero Tripas Secas le dijo a Santiago: 

- ¿En serio no sabes que Ricardo es medio brujito? siempre la pega en muchas cosas que dice, y la Pecas también es medio bruja pero con la comida jajajajajaja Ricardo seguía serio en su cola y Pecas sonreía comiendo maní.  

- No, cuéntame más, Tripa. 

   Le dijo suplicante Santiago, curioso del tema.  Ese bicho ahí donde tú lo ves con cara de Snoope, sabe más que un pescado frito, el bicho lo convidé una vez a un velorio y eso lo que me dio fue miedo ¿oyó?, pa´mí que es adivino, o profeta, o una cosa de esas.  La otra vez se perdió mi perrita, y mi perrita lo quiere mucho a él, Ricardo se puso a llorar, tocando mi puerta y me dijo: "¿Dónde está la perrita?", el bicho lloraba como un carajito, y yo con la mamadera de gallo le dije: "¿Qué pasó marico?, la perra está en el patio", y el bicho: "¡No está en el patio!", yo fui al patio y ajá, la perra no estaba, se había salido, Ricardo me dijo: rápido, trae su correa, no hay que perder el tiempo, agarró la correa de mi perra y empezamos a buscar a la perra, Ricardo la buscaba más angustiado que yo que siendo el dueño me pareció todo tan extraño, hasta que el bicho se fue como un loco corriendo y yo me fui detrás de él, bueno, la perra estaba a varias cuadras atropellada y Ricardo la encontró. Si no hubiese sido por Ricardo la perra queda atropellada y muerta allí, me dio la correa de la perra y me dijo: "A ver si tienes más cuidado con la pobre criatura que está a tu resguardo". Desde entonces lo respeto mucho, pero sólo Pecas sabe cosas de él que ignoro y prefiero no preguntar, eso a mí me asusta un poco.   


  Santiago quedó con la curiosidad y habló con Pecas: 
- Oye, ¿ese Ricardo es un mediúm o profeta?. 

- No lo sé. 
Respondió Pequitas, tratando de evadir el tema. El silencio reinó pero luego Santiago se atrevió a hablar con Ricardo: 


- Oye, la muchacha, Ana, hay algo que me atrae de ella. 

- ¡Claro! 

   Respondió Ricardo mientras comía su segundo helado. El grupo se dividió en diferentes direcciones por el centro comercial viendo tiendas, pero Ricardo, Pecas y Santiago se quedaron sentados en una especie de jardinera, conversando, Ricardo hizo una pausa y siguió diciendo: 


- ¡Claro que te atrae! pero no porque te guste como mujer, la atracción es de otro tipo. 

- ¿Cómo lo sabes?. 

- Mira, sólo puedo explicarte que ambos tienen la misma energía, es algo que no entenderías, es una energía muy cercana la de ustedes, me atrevería a decir que Ana es tu familia, así que ten cuidado y te enamoras de alguien que no debas. Sientes que hay algo que no puedes descifrar, algo que te lleva a ella, algo que te hace querer conocerla, ¿no?. 

- Si, si me siento así. 

- Pues trata de conocerla, pero en plan de amistad, indaga y hallarás tus respuestas.  

   Bueno, allí quedó esa historia, pero sin que supiéramos se siguió tejiendo entre Santiago y Ana una historia de amistad, intercambiaron números, se hablaban mucho, ella incluso se sintió atraída por Santiago. Y aunque era muy linda, Santiago tuvo presente las palabras de Ricardo y la historia que Tripa Seca le contó y no inició ningún romance con ella, sólo amistad, trató de indagar sobre su familia, no descubrió nada extraño, no había ninguna conexión.  

   Hasta que en un mes de diciembre Santiago la invitó a su casa a una reunión de cumpleaños de su hermana, el padre de Santiago al ver a la muchacha no le quitaba la mirada, Santiago se sintió molesto, porque no le gustaba cómo el papá miraba a la joven, y como era muy franco con su papá le manifestó que no estaba bien que mirara así a la muchacha, a lo que él le respondió: 

- Disculpa hijo, es que cuando yo estaba joven me enamoré de una muchacha exactamente igual a esa niña, una mujer que para mí fue mi primer amor, mi primer todo, no estoy morboseando a la muchacha, sólo que me acordé de ese amor, pero no le digas a tu mamá sobre esto, ya sabes que es muy celosa.  A Santiago le retumbó eso, se acordó lo que le dijo Ricardo y le preguntó al papá:

- Apá, ¿usted llegó a conocer al la señora Fulana De Tal? 

   Aquel hombre peló esos ojotes y le dijo:
- ¡Si!  


- Pues esa es la mamá de Ana. 

- Con razón se me pareció tanto. 

- ¿Ella no es nada tuyo? 

- No hijo, ella se casó y nunca supe de ella más nunca, yo jamás le faltaría a su mamá. 

   Para resumir la historia porque deben estar inquietos, si, Ana y Santiago eran medios hermanos, Santiago habló con Ana y entre ambos fueron armando todo el rompe cabezas, sus familias quedaron sin saber nada, sólo ellos y su grupo de amigos (Ricardo, Pecas, Tripa Secas) sabe el asunto y ahora ustedes que leen esto, los nombres de ellos dos fueron cambiados para realizar esta historia.  Hay secretos que no deberían ocultarse, hay familias que no deberían ser separadas, hay hermanos que deberían saber que existen y que se podrían apoyar el uno en el otro, pero a veces las personas por miedo, vergüenza y orgullo ocultan cosas importantes.  En la actualidad Santiago y Ana están separados por la distancia, pero muy unidos como hermanos, se apoyan el uno al otro, como deben ser los hermanos, aunque sus familias nunca sabrán lo que sucedió. 

Fin.

viernes, 29 de mayo de 2020

Como he llevado mi encierro por el Corona Virus

  Hace poco retomé volver a las aulas a enseñar pues se presentó una oportunidad, no tenía idea que está oportunidad me ayudaría a sobrellevar la pandemia del coronavirus, económicamente ha sido una situación que ha golpeado a muchos países.  Para ser sincera no me imaginé regresar a las aulas, pero ha sido una experiencia bonita, ya que puedo compartir con niños maravillosos de los cuales también aprendo día a día, son la parte más bonita de este país, los niños tienen un corazón puro, siempre están dispuestos a aparender y también a vencer sus miedos.

   No sé hasta cuando estaré trabajando como maestra acá, ya que cada vez la situación empeora para muchos, algunos estudiantes se han retirado, pues no pueden pagar la matrícula o pensión escolar o algunos han regresado a sus tierras de orígen.

   Sólo sé que cada oportunidad que me presenta Dios ha sido un camino de aprendizaje, aunque a veces no lo entienda por un instante, no pierdo la fe y la esperanza en que las cosas siempre mejoran y que teniendo aire en nuestros pulmones, alimento en nuestras mesas y nuestra salur al lado de nuestros seres más amados, eso ya es el mayor tesoro que podamos tener.

   Hoy el mundo está de luto por esta pandemia que ha golpeado considerablemente a la humanidad. Es un tiempo en el que muchos han tenido que decir adiós a sus seres queridos.  Un tiempo de un dolor y silencio que jamás podremos enmendar.  Sólo espero que todo pase pronto, y que todo esto de una u otra manera nos permita ver lo valioso que son muchas cosas que hemos subestimado como sociedad.


    Lili.

jueves, 28 de mayo de 2020

La libreta rosa

La libreta rosa
Escrito por: Lili 

   En el 2006 un joven llamado Marcos subió en una camioneta de transporte con ruta hacia la Castrera, un lugar en Valencia. Cuando fue a sentarse lo hizo al lado de una persona que al bajarse le dejó una libreta color rosa, diciéndole:

- Es de la muchacha pelirroja que se sentó atrás, se la sostuve porque iba de pie, se le olvidó pedírmela, debo bajar.

   Diciendo esto, le entregó a Marcos la libreta. Él trato de ver hacia atrás, para tratar de ver a alguna mujer de cabello rojo, pero el transporte iba muy lleno.

   Así que Marcos iba viendo por la ventana y cada vez que alguien pedía la parada, prestaba atención para ver si devolvía la libreta. En un momento de esos, alguien lo llamó por celular. Eran sus amigos que ya lo esperaban para almorzar. Y mientras hablaba con ellos, una joven de cabello largo y rojo se bajó del transporte. Si, era la dueña de la libreta.

   Él gritó y pidió parada para bajarse y devolver la libreta, pero el conductor le respondió:

- Llevo media hora en esa parada ¿y ahora te quieres bajar? ¡Abusador!

- Señor, por favor, ¡Deténgase!

- ¡No! Ya cambió la luz.

   El conductor lo dejó en la siguiente parada y Marcos se bajó corriendo hacia el lugar donde la joven se había bajado.  Marcos miraba de un lado a otro sosteniendo la libreta rosada, caminó un poco pero no logró verla. Se sentó por un instante en las escaleras de un centro comercial y abrió la libreta con la esperanza de hallar un número telefónico y así localizar a la dueña y entregar la libreta.

   Abrió el cuaderno, pero no consiguió ningún número, decidió ver algunas hojas, en la primera estaba el dibujo de una lágrima, dentro de la lágrima había un poema, dedicado a alguien que había muerto, Marcos lo leyó y sintió en cada verso la intensidad del sentimiento.

   Era un poema hacia una madre que ya no estaba, Marcos se sintió reflejado en ese escrito, pues ya no tenía a su mamá con él. Respiró profundo y cambió la página, se encontró de pronto leyendo un escrito muy personal de la joven, no era una simple libreta, ¡Era un diario!

   Tenía dibujos, poemas, y anotaciones de sus días. Marcos se sintió tentado a seguir leyendo, en eso, sonó su celular:

- ¡Te estamos esperando! Marcos, ¿En dónde estás?
Eran sus amigos.

- ¡Voy en camino!

   Se puso de pie y tomó otro transporte, llevando con él la libreta.
En la comida, Marcos callaba, con un silencio con el que jamás le habíamos visto. Sus pensamientos estaban en lo que había leído en la libreta rosa, en el recuerdo de aquella cabellera roja y larga de la silueta de aquella joven que bajaba de prisa.

   Él sentía la necesidad de irse y seguir leyendo sin parar lo que ella había escrito y tal vez conseguir alguna pista de cómo hallarla nuevamente.

    El grupo de amigos se dividió un grupo para estudiar y otro grupo para practicar con sus instrumentos musicales unas canciones. Marcos estaba distraído, con sus pensamientos volando. Cerca estaba Pecas, una muchacha a la que apodaban así. Irónico porque ella no tenía pecas, pero esa ya es otra historia. Pecas notó el silencio de Marcos, ella iba a preguntarle qué le ocurría pero llegó la mamá de uno de los del grupo con tequeños y Pecas como es la más lambucia del grupo se puso a comer.

- ¡Agarra tequeños Marcos!

- No señora, quedé lleno, gracias. Pecas puede agarrar los míos.

   Y Pecas ni corta ni perezosa agarró seis tequeños más y los metió "Caleta" en un pote Mavesa que siempre cargaba para las reuniones musicales.

Mientras ella comía, Marcos rompió el silencio:
- Pecas, una pregunta

- Si, dime.
   Dijo pasando el tarugo de tequeño.

- ¿Has sentido que conoces a alguien sin conocerle?, Como si sintieras que esa persona refleja mucho de lo tú puedes llevar por dentro.

- Eh...No.

   Y siguió comiendo tequeños, Marcos se sentó a su lado en el sofá y mostrando la libreta rosa le narró a Pecas todo lo que ya les conté yo a ustedes. Ella peló sus ojos, curiosa de abrir la libreta, pues ella también escribía un diario y en ellos dejaba sus poemas y vivencias.

- ¿Puedo?
Preguntó ella para agarrar la libreta.

- Si.

Se impresionó por la belleza de la escritura y de los poemas. Dijo:
- ¡Debes devolverla! Contiene muchas cosas que deben ser importantes para ella.

- No sé su nombre.

- Tal vez leyendo su diario podamos tener alguna idea de dónde vive o estudia para ir.

   Y mientras todos estaban en lo suyo, estos dos panas se sentaron en el patio de la casa a romper la privacidad de aquella joven leyendo su vida, buscando alguna información para poder localizarla y al mismo tiempo conociendo el corazón de una persona asombrosa y muy humana.

   No habían terminado de leer las primeras hojas que correspondían al mes de Junio, cuando la mamá de la chica pelirroja murió, Marcos y Pecas lloraban, leyeron todo lo que ella pasó y el desenlace de aquella muerte. En eso alguien notó que los muchachos lloraban y se acercó. 

- Aaaay valeeeee, ¿Ustedes dos como que son novios y terminaron?

   Ambos jóvenes miraron con desagrado a Castro.

   Perdonen que haga una pausa pero debo decirles quién es Castro, es un personaje que en esta historia tendrá mucho que ver. Este muchacho era sumamente guapo, pero cuando lo conocías a fondo, era un engreído, un gran artista de la música, si, pero algunos hechos de su vida lo llevaron a ser pedante y creerse superior a los demás. Pecas lo trataba porque era muy amiga de la hermana de él, incluso había llegado a pensar que Castro era un muchacho sumamente atractivo, pero un día lo escuchó decir: "Todas las mujeres son iguales, todas quieren lo mismo", a Pecas le encantaba ese chico pero vio su transformación de bien para mal y lo descartó, sólo lo tenía como un pana. Castro se sentó con ellos. Marcos le contó todo lo de la libreta y por qué estaban llorando. Grave error. ¡Nunca digas tus asuntos a personas que no sean tus familiares a amistades más cercanos!

   Cada vez que se reunían Marcos y Pecas leían juntos el diario y llegaba Castro a escuchar.

- No deben haber muchas pelirojas en Valencia.
Dijo Castro.

Continuó diciendo:
- Las personas pelirojas no son comunes.

Pecas dijo con un poquito de Sarcasmo:
- Tranquilo que la dueña de la libreta no es Sandy Aveledo.

Lo dijo porque Castro tenía una obsesión con esa locutora.
de Valencia, que es pelirroja y era muy famosa en la radio.

- Te apuesto a que estudia Arte.
Dijo Castro cortando una manzana.

- Es posible.
Dijo Marcos.

En eso ellos vieron que Pecas leía  algo en la libreta.
- ¿Qué pasó Pequitas?

- Muchachos ¿Qué significa orgasmo?.

Los dos jóvenes soltaron la risa.

- ¿No vas a saber Pecas?
Dijo Castro

Marcos veía con ternura a Pecas y le dijo:
- ¿Es en serio?

   Pecas sintió que metió la pata, que estaba haciendo el ridículo y lo peor era que no sabía por qué, y le respondió:
- Tomen su estúpida libreta.

   Ellos dos se quedaron leyendo más de la libreta, Marcos nunca debió confiar en Castro. Mientras tanto Pecas se fue a charlar con otro de sus amigos, al que llamaban el loco de los muertos y como a él le interesaban los temas sobre la muerte, Pecas le contó la tragica muerte de la madre de la chica pelirroja. En seguida se ofreció para tocar la libreta porque quizás podía "ver" algo. Al chamo lo pensaban loco, Pecas no lo creía loco, sabía que tenía un don bastante extraño y fuera de lo común.

- Pide la libreta un momento para tocarla.

- No puedo, me peleé con los chicos.

- Sabes bien que no puedo hablar con todo el mundo sobre este don, trae la libreta y la tocaré a ver si puedo ver a la chica.

- Van a llamarte loco de nuevo.

- Quedará el secreto entre tú y yo. Anda, debemos localizarla.

   Marcos y Castro encontraron pistas en la libreta de dónde hallarla. La muchacha iba al cine todos los jueves, a Cines Unidos en la Granja, Naguanagua, un centro comercial pequeño de Valencia, ella pegaba en su diario las entradas del cine.

   Marcos fue a decirle a Pecas y ella aprovecho de pedirle la libreta.

- ¿Para que la quieres?

- Es que...eh...un amigo quiere tocarla un momento y tratar de localizar a la chica.

- ¿Y tú crees en esas pendejadas? Pecas, Ricardo está loco.

- No lo está. Lo he visto hallando cosas.

- Ah si, un médium jajajaja.

- No le digas así. Mira, él dice que todos tenemos energía, nuestras madres saben cuándo estamos en aprietos, tienen un sentido desarrollado, todos los seres humanos tienen ese don de sentir.

- Pecas, no. No me traigas al loco de los muertos.

En ese momento Ricardo apareció por detrás con su guitarra:

- ¿Vas a practicar tu parte si o  no?...ah, mi nombre es Ricardo, no vuelvas a llamarme como dijiste antes.

Marcos de forma burlista dijo:
- A ver, si tanto ves ¿Cómo se llama la chica?, ¿En dónde puedo hallarla?.

- ¿Quieres en verdad saber o esto es una burla?

   Marcos pensó su respuesta, no tenía nada que perder y le dio la libreta.

   Ricardo buscó otro lugar, cerca de la cocina, allí Pecas y Marcos observaban como Ricardo murmuraba algo así como: "Padre y Creador ¿Me das tu permiso para ver y entregar está libreta a su dueña?".  Su frente empezó a ponerse con sudor, tenía los ojos cerrados, seguía escurriendo sudor por su cara. Abrió sus ojos y dijo:

- La muchacha se llama Valeria, vive en Naguanagua, vi su casa pero Naguanagua es muy grande. Lo siento mentalmente quedé agotado. Debes devolver esta libreta de inmediato. La necesita.

Y diciendo eso salió de allí, con su rostro serio que lo caracteriza, volteó y le dijo a Pecas: No te metas en ese asunto.

   Pecas lo alcanzó y le preguntó a Ricardo por qué dijo eso. Él le respondió: "Él había recibido un regalo pero dejó que otra persona se metiera en el asunto", apuntó con la boca señalando a Castro, señalar con la boca es algo que en Venezuela usan muchas personas.

   Llegó el jueves y Marcos se fue con Castro al centro comercial que les dije, con la esperanza de hallar a la joven, Marcos iba ilusionado, pero Castro también iba con expectativa y curiosidad.
Mientras tanto en la Av. Bolívar de Valencia a la altura del Ateneo estaba Pecas. con Ricardo y otros dos amigos; Arturo y María.
Estaban tomando café y comiendo unos panes muy buenos que vendían en una panadería de allí. En eso entra una muchacha pelirroja. Ricardo y Pecas se miraron.
Ricardo le dijo a Pecas:

- No te metas. Deja ya el asunto.

   Pecas estaba inquieta y preocupada, sentía que debía preguntarle: "¿A ti se te perdió una libreta rosa?", la muchacha compró golosinas y salió a la parada. Los muchachos también salieron y Pecas la veía con la curiosidad, la muchacha fue a subir al transporte y Pecas gritó:

- ¡Valeria!

  La joven volteó hacia donde estaba el grupo, los observó tratando de saber quién había pronunciado su nombre, el colector le pidió que subiera y se fue mirando de forma extraña por la ventana a los jóvenes que también la veían a ella. 

  Valeria llegó al Centro comercial La Granja. Marcos y Castro estaban sentados en unas mesas que hay en el lugar, con sillas naranja. Castro la vio cuando entró, Marcos estaba de espalda. Castro no dijo nada, disimuló, pero al ver a aquella joven pelirroja se activó su instinto cazador, la vio hermosa, llevaba un vestido que se ajustaba a su silueta, su cabello rojo estaba suelto y le llegaba casi a la cintura, su rostro aunque estaba lleno de pecas era un rostro de ángel, su piel era como porcelana, tenía un gancho en su pelo. Allí estaba Castro, aullando por dentro como un lobo. Le dijo a Marcos:

- Ve y compra sushi, dame tu número de cuenta para depositarte y compra, mientras yo voy al baño.

   Si, ya lo imaginan, Castro era muy astuto. Marcos se fue y Castro hizo que iba al baño pero fue a buscar a la joven. La vio haciendo la cola y buscó conversación con ella. Como ya la conocía por las cosas que escribía la muchacha en su diario, fue fácil para él sacarle conversación y que ella disfrutara de hacer la cola con un tipo tan guapo. Entraron al cine juntos, él le mandó un mensaje de texto a Marcos diciéndole: "Tuve que irme".

   Marcos se sentó a comer solo y luego se marchó. Bastante triste de no haber hallado a la muchacha de la libreta.

   Me gustaría decirles que en la vida real todo se soluciona de inmediato, o que es fácil poner un punto final a la historia diciendo esto termino de tal manera, pero en aquel 2006 las cosas para todos siguieron "normales", el tema de la chica de la libreta quedó sepultado, menos para Castro que la seguía viendo y la estaba conquistando, para todos los demás era ajeno lo que estaba sucediendo entre ellos, ya que Castro calló el asunto y no reveló a Marcos que ya había conseguido a la chica, por el contrario siguió fingiendo ser su amigo para leer la libreta, incluso se la llegó a pedir, pero Marcos no accedió. Valeria, la joven peliroja, le llamaba la atención Castro, y es que cualquier muchacha se fijaría en él, además que con su labia de empresario (su padre tenía una pequeña empresa) trataba de conquistar a las muchachas no sólo con el físico sino también diciendo lo exitoso que era, si, era un muchacho bastante brillante, pero con el alma hueca aunque él decía que los demás eran unos cabezas huecas, él tenía el alma hueca. 

   Los jóvenes se seguían reuniendo, para estudiar, para hacer música a veces o simplemente celebrar algún cumpleaños del grupo.  Llegó el 2007 y un día vimos a Castro hablar por teléfono con alguien, se puso nervioso y se fue a parte.  Era Valeria, los demás seguían en lo suyo, mientras que él hablaba con la joven.  En todo ese tiempo Castro trató de conquistarla, pero ella no era una muchacha fácil de convencer, pues estaba pasando por duelos en su vida.  De pronto él volvió al grupo con una sonrisa de oreja a oreja. Alguien le preguntó:

- ¿Qué?, ¿Te ganaste la lotería?

- No, pero al fin alguien va a ser mi novia.

- ¿Cómo? y ¿qué harás con Yohana?, ¿no es ella tu novia pues?

- Si, pero hoy la corto, debo ir por una experiencia nueva y he invertido mucho de mi tiempo en alguien más.

   ¿Ahora se dan cuenta por qué Pecas no veía con buenos ojos a Castro?, ¿Ven por qué Marcos nunca debió compartir con él las lecturas de aquel diario?, nadie se imaginaba nada, que esa nueva novia pudiera ser Valeria.  Y si, se fue de allí contento con su instrumento musical, con su aire de Don Juan. Aquella misma tarde mandó un mensaje de texto a Yohana diciendo en voz alta a los demás: "Miren hombres, así se termina, sin mucho drama:  Yohana, creo que debemos darnos un tiempo, no me escribas más por favor".

María una chica que estaba allí dijo:
- ¡Te pasaste de rata!

- María, así es la vida, así es el amor.

   Pasaría quizás un mes, no se le volvió a ver a Castro en el grupo, pero un día en el cumpleaños de Marcos, todos estaban hablando, mientras la mamá de una de las muchachas del grupo estaba preparando unas hamburguesas y llegó Castro, en la camioneta del papá de él.  Pecas se asomó por la ventana para ver quién era, y Castro abrió la puerta, una pierna femenina se dejó ver bajar y luego la otra, era Valeria, la joven pelirroja. Pecas no sabía que hacer, siguió comiendo tequeños intrigada con el asunto, recordando solamente que una vez Marcos y Castro iban a buscar a la muchacha pero eso había quedado hasta allí. No, no había quedado allí, Castro jamás había contado nada. Su error estuvo al llevarla a la reunión para presumir de su conquista, quizás no habría pasado todo lo que después ocurrió.

  La muchacha entró y él la presentó:

- ¡Hola muchachos!, tengo el gusto de presentarles a Valeria, mi novia.

   La joven era muy linda, no sólo por fuera, en su trato fue agradable para con todos allí, era sencilla y muy noble, Castro era un lobo y ella algo así como una pequeña liebre, sin imaginar lo que había pasado allí estaba la joven, compartiendo con todos, al otro lado estaba Marcos observándola, y llamando a Pecas le dijo:

- Es ella, Pecas, es ella.

- ¿Le dirás que tienes su libreta?

- Si.

   No había terminado de hablar cuando Castro le dijo:
- Amigo, en la guerra y el amor todo se vale, llevo mucho tiempo saliendo con esta chica, por favor no lo arruines todo con lo de la libreta, si la vas a entregar no digas que yo leí cada palabra de ese cuaderno.

   Marcos se le quedó mirando molesto, Pecas empezó a toser como para romper el hielo y retirarse de allí.

No pasó ni 5 minutos cuando Marcos buscó a Pecas y le dijo:
- ¿Qué hago?

- Preséntate y habla con ella, sin meterte en problemas con Castro, no puedes decirle que se vaya porque la chica se irá también y de paso esta no es mi casa o la tuya para correr a Castro.

   Los muchachos cantaban, otros ayudaban con la comida, y Valeria estaba sentada, cuando Castro se fue con uno de los muchachos que hizo el favor de distraerlo preguntándole algo de su camioneta, Marcos se acercó:

- ¡Hola!, ¡Soy Marcos! mucho gusto.

- ¡Un placer Valeria! Oye ¡Feliz cumpleaños!, me gusta tu franela.

- Gracias.

- Te gustan los animales por lo visto.

- Bueno, la verdad es que fue un regalo de Pecas.

   Dijo Marcos, señalando a su amiga y esta estaba saludando atarugada de tequeños viéndolos desde lejos saludando con una de sus manos.

Valeria le dijo:
- Me parece que conozco a esa muchacha de otro lugar.

- Es probable, ella y su amigo Ricardo suelen ir a funerales en la ciudad.
Hubo un silencio y Marcos no sabía cómo hacer antes que llegara Castro y le dijo:
- "Hay cumpleaños tan vacíos, donde quisieras tener la llamada por un momento de la persona que más te amó" (Eran palabras del diario de Valeria) Extraño a mi madre, este cumpleaños no es igual sin ella.

Valeria se le quedó mirando.  Marcos siguió:

- Yo...yo quiero decirte que...que a veces...

- ¿A veces qué?

   En eso entró Castro y viendo la cercanía de la conversación y la mirada llena de ternura de Valeria hacia Marcos, le dijo:

- ¡Nos vamos!

- Pero ¿por qué mi amor?

- Debo llegar temprano a mi casa con la camioneta.

-  Aún es temprano.

- Pero tengo otras cosas que hacer, mi vida.

Marcos le dijo:
- No te preocupes, nosotros la llevamos. ¿VERDAD PECAS?

Pecas levantó su dedo pulgar en señal de aprobación mientras que seguía colocando más pasapalos en su plato.

- Está bien Marcos.

   Valeria se puso de pie, y Castro le dio un lenguazo delante de todos.  Ella se avergonzó mucho al punto que parecía un tomate de lo roja. Antes de irse, Castro se acercó a Marcos y le dijo: "Ya sabes que si me echas paja, te irá mal".

   Castro se fue, y en ese rato Marcos y Valeria se sentaron a charlar, reían e incluso bailaron una pieza de música juntos.  Llegó el momento de irse y Marcos decidió ir a llevar primero a Valeria que vivía más lejos, dejamos a alguien más en el Centro de la ciudad y en el viaje Marcos decidió romper el silencio sobre la libreta.

- Valeria, hay una libreta rosa que me conseguí, sé que es tuya porque te bajaste apurada del transporte en el que ibas y no pude devolverte tu cuaderno. Traté de hallarte pero el cuaderno no tenía tu nombre.

Ella estaba seria, como sin entender o tratando de buscar en su memoria algo.

- ¿Cómo sabes qué es mía entonces?

- ¿Nunca perdiste una libreta color rosa?

   Ella callaba, Marcos giró el volante y tomó dirección hacia su casa para buscar la libreta.  Llegamos, ambas esperamos y él volvió al carro con la libreta y se la entregó.  Ella la abrió.

- Efectivamente, es mi libreta.

   El silencio se hizo como eterno en el camino, Pecas se sentía incomoda y sacó su perolito de pasapalos de la cartera que siempre llevaba a esa casa "pa´Pola" (Para por la noche jajajaja es que esa señora cocinaba muy rico, no culpen a Pequitas)

- ¿Quieren tequeños? Están ya fríos pero están buenos todavía.
Dijo.

   Marcos la miró por el espejo como si tratara de pedir auxilio.  De pronto Valeria rompe el silencio y le empieza a indicar el camino ya que ibamos llegando a Naguanagua, llegamos y nos pidió dijo:

- No se vayan, ya vengo.

Y regresó con peluches, un globo, en una caja que quién sabe qué cosas contenía.

- Me hacen el favor y me llevan a la casa de  Fulanito Castro (jajajaja chamo no me demandes si lees esto, pero a conciencia que eras una plaguita) bueno, Valeria iba llorando por el camino, callada, y nosotros asustados. Ya van a ver qué pasó. Pecas estaba más asustada que el Chavo del 8 en el capítulo de los espíritus chocarreros. Marcos sudaba, no se imaginaba lo que iba a pasar.
Llegaron a la casa de Castro y la muchacha le mandó un mensaje de texto.  Él salió y ella bajándose del carro le lanzó la caja y agarrando un peluche se lo estampó en la cara.

- ¿Qué pasó mi amor?

- ¡Mi amor nada! Yo no soy un juego.

Castro mirándonos gritó:
- ¿Qué le dijeron?

Ella furiosa le gritó:
- Nada, no me dijeron nada, me entregaron mi libreta, y allí supe todo, ¿tú crees que yo soy una mujer estúpida? con razón, entendí todo de inmediato, ellos no me dijeron nada, tú leíste ese diario, sabías todo de mí, ahora comprendo por qué dijiste tantas cosas, por qué hiciste tantas cosas ¡No es justo lo que hiciste!.

   Ella estaba como en una crisis, hasta se notaba que temblaba de la ira que tenía, Marcos se bajó del auto, Pecas también. Marcos le hace una seña a su amiga para que se acerque a la joven y la tranquilice, Pecas la fue a agarrar por el brazo y Valeria estaba caliente, su piel lucía roja, parecía un volcán con lava y en ese momento Castro se acercó y ella le dio una cachetada.

- Confié en ti, creí en ti.

   Castro estaba molesto y arremetió contra Marcos, si, una pelea que nunca debió ocurrir. Pecas dijo:

- Marcos ¡Ya!

   Cuando se calmaron, Marcos agarró el volante, las muchachas subieron y Marcos llevó a cada joven a su casa.
Cuando la bella muchacha se bajo del carro le preguntó a Marcos:

- ¿Tú también lo leíste?

Marcos se quedó callado.  Ella gritó:

- ¡Contesta!

- Si, lo leí.

Y mirando a Pecas, dijo:

- ¿Y tú lo leíste?

-  No, bueno si, bueno no, sólo la parte del poema a tu mamá y lo que le pasó.

   Ella cerró la puerta del auto.

- Gracias por traerme a casa. Disculpen lo malo.

  Bueno ocurrieron más cosas, pero creo que todos ustedes querían saber si ella recuperaba la libreta, espero no se hayan aburrido con la historia tan larga, tuve que narrarla mejor por acá para tener mejor libertad de escribir.  Tengan cuidado, a veces hay gente que se hace pasar por "amigas o amigos" pero no lo son, averiguan muchas cosas pero luego hacen como Castro y puedes perder la oportunidad de encontrar al amor de tu vida por no tener prudencia al contar tus cosas personales con personas que sólo buscan meterte una zancadilla.


Fin.
 

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