“El único egoísmo aceptable es el de procurar
que todos estén bien para uno estar mejor.”
Jacinto Benavente
.
Sociedad cruel
El domingo 29 de Enero de este año 2012 estaba dando un paseo y cuando caminaba por la Avenida Cedeño, en la esquina donde está una panadería vi a un anciano muy sucio y la imagen hizo que me quedara inmóvil por un momento, realmente me partió el corazón, saqué mi cámara, y tomé la foto con la que empecé esta entrada de mi blog, hace días quería hablar sobre este tema, pero no sabía y aún me cuesta sacar las palabras precisas para hablar de algo que toca la fibra de mi corazón. El mes de noviembre también había exactamente otro anciano allí, sucio, parecía mendigo, incluso cualquiera que lo viera habría pensado es un alcohólico, el hombre ya no tenía dientes y estaba en la panadería sin pronunciar una sola palabra, la gente le pasaba por el lado, incluso yo misma, pero luego de una serie de eventos y luego de sentir esa voz en el alma, decidí sentarme a comer junto a él, como yo soy una “persona normal” me dejaron sentarme con él dentro de la panadería, además yo estaba comprando, compré unos jugos, y le dije espérame aquí, fui a media esquina que vendían pollo, muy delicioso por cierto y compré uno, y me senté a hablar con él y a conocer su historia, su nombre es Pedro, me dijo mientras despedazaba el pollo en pedacitos por no poder masticar bien, nació en 1932, había tenido una familia, pero por desgracia sus dos hijos se mataron en un accidente automovilístico, le quedaron dos nietos, una de ellas está en los Estados Unidos y ésta insiste en llevárselo pero él no quiere irse de Venezuela porque le queda el nieto más pequeño acá, el cual sigue en la escuela, la nuera del hombre trabaja todo el día para llevar el pan y viven en un ranchito. A duras penas, su nuera gana para la comida, y de eso me di cuenta porque el anciano comía desesperadamente, luego me dijo que reconocía a las personas por la voz pues ya no ve sino sólo bultos, lo último que supe es que estaba haciendo las gestiones para tener la jubilación que Chávez había ofrecido a aquellos ancianos que jamás hubiesen estado inscritos en el seguro social, no lo volví a ver…y tampoco pensé hablar de esto, porque la biblia dice que si haces algo bueno no lo cuentes a nadie, pero esto no es para darme publicidad o jactarme de esto sino para hacerles ver lo que TODOS llegamos a sentir cuando vemos a una persona en estas condiciones, pasamos de largo, nos imaginamos que es un alcohólico y no sabemos cómo llegó a ese estado, en el caso de Pedro me sorprendí porque cuando me senté con él empezó a recitarme versículos bíblicos para predicarme el evangelio, estaba frente a un hermano en la fe pues yo también soy creyente, y me decía que él había ido a la iglesia durante toda su vida, hasta que dejó de ver, que extrañaba leer la biblia, pero que recitaba lo que se recordaba para nunca olvidarlo, entonces yo me decía ¿dónde está la iglesia de Cristo?, ese hermano Pedro estaba allí hambriento, y la iglesia de Cristo en las cuatro paredes de la iglesia cantando diciendo: “Te amo Dios” cuando no hemos sido capaces de dar de nuestro tiempo, de nuestro amor y compasión para el más necesitado.
Culpamos al Estado, esa persona impersonal, para echarle la culpa cada vez que vemos a una persona en la calle, en condición de mendigo, de loco, o alcohólico, es tan sencillo culpar al Estado porque se supone que éste es el que debe tomar cartas en el asunto y es cierto en buena parte, pero ¿qué de las organizaciones religiosas?, ¿qué de ti y de mí que podemos comprar un pan y un jugo y por eso no nos vamos a quedar en la calle al compartir con el que más necesita?...la respuesta es sencilla, somos una sociedad egoísta, somos crueles…se nos ha ido endureciendo el corazón, y por el camino que vamos pasará lo que dice la Biblia: “En los últimos tiempos el amor de muchos se enfriará”
Volví a tomar más fotos del hombre son éstas:
Veo tanto dolor...no sé ustedes pero no podemos ser insensibles ante esta situación, ellos también importan.
Y mientras las tomaba pensé en ese capítulo de los Simsomps donde Lisa le dice a su padre Homero “Papá ese bombillo está parpadeando en el carro, algo malo le pasa” y Homero agarra una etiqueta o calcomanía y tapa el bombillito que titila y dice: “Listo hija, problema resuelto”. Así hace nuestra sociedad, mientras no los mires y pases de largo no está el problema, no pasa nada, pero si pasa, pasa que poco a poco nos quieren convertir en personas que olviden ser sensibles ante el dolor ajeno, que no exista protesta y quejas ante estas situaciones, NO ES NORMAL VER A UN SER HUMANO EN ESTAS CONDICIONES, entiéndelo, y si ya te acostumbraste es porque eres parte de la sociedad cruel, yo aún no me acostumbro, se me arruga el corazón y por eso estoy gritando esto a través de mi blog porque deben haber muchos otros al igual que yo que saben que esto no está bien y tampoco está bien quedarnos de brazos cruzados, el Estado, y las instituciones religiosas no hacen nada por esos “loquitos de la calle” sencillamente porque los ven como desechos de la sociedad, ellos por ejemplo no darán ni aportarán nada, todo lo contrario serán un gasto, y por tanto la sociedad los ve como desechos de seres humanos, y tú y yo sabemos que un ser humano jamás será basura. Si me has leído al menos déjame tu opinión sobre este tema, y gracias por leerme. Me despido con otras fotos que tomé a un hombre no tan viejo, pero en este caso creo que él tiene algún trastorno de locura, se la pasa por la avenida Cedeño, allí se la pasa siempre, si alguien lee esto y puede ayudar o avisar a las autoridades o alguna organización que pueda brindar un techo a estas personas por favor hagan saber esto. Liliana.
Avenida Cedeño, pueden ver al hombre acostado en un murito.
Mientras le tomé la foto dijo unas palabras sin sentido.
No pude capturar su sonrisa pero hubo un momento en el que me sonrió.
“Amar al prójimo debe ser tan natural
como vivir y respirar.”
Teresa de Calcuta.