Había una vez una bebida llamada Chicha, vivía en San Cristóbal, con su mamá, doña Canela y su papá, que era un kilo de arroz, Don arroz crío a Chicha con buenos principios, amaron mucho a su vasito de Chicha, la pequeña hacía a todos sonreír, aunque no faltaba el que arrugara la cara al verla, porque nadie es monedita de oro para agradarle a todo el mundo, de monedita de oro hablaremos en otro cuento. Bueno como les iba diciendo, Chicha era una bebida que endulzaba a la gente, pronto se hizo amiga de otra niña, tenía mala fama esa bebida, un día Cocuy invitó a Chicha a salir:
- ¡Chicha vamos a dar una vuelta!
- No puedo, debo hacer mi tarea de bebidas típicas del Táchira.
- Ven, que yo te voy a mostrar un lugar donde puedes investigar.
Su amiga Agüita que estaba con Chicha haciendo la tarea, le dijo:
- No vayas, Cocuy tiene mala fama en el pueblo.
- ¿Y sí vamos un ratico? Vamos Agüita, nos cuidaremos la una a la otra.
- Está bien, pero recuerda que debo regresar a mi casa temprano.
Y es que agüita era una bebida a la que todos amaban, se la pasaba regando las plantas, dando de beber a los animalitos de la calle, limpiaba, en fin, Agüita era muy amada por ser tan diligente, aunque también era criticada por ser tan "simplona".
Así Cocuy llevó a Chicha y a Agüita a un bar. Ya van a ver qué pasó, entraron y Cocuy les presentó a Cerveza, ella ya estaba lista para deslizarse en el escenario en un tubo, todos enloquecían por ella, Cerveza les dijo:
- ¡Este no es ambiente para estas niñas!, Tú si puedes estar, Cocuy.
Cocuy le pidió a Cerveza que dejara a estas tiernas bebidas estar un rato. Y Cerveza contestó:
- Bueno, pero mucho cuidadito porque no quiero tener problemas con doña Canela y don Arroz.
No había terminado de hablar cuando llegó la amiga de Cocuy: Tequila, una bebida chaparrita pero peligrosa. Todos se volvían locos por ella y ella a muchos les rompía el corazón. Tequila era muy inestable en el amor, andaba con un novio, Limón, pero éste cuando vio a Agüita quedó prendido de amor, disimuló porque estaba Tequila.
También se acercó a saludar Ron, un tipo ya mayor que le gustaban más jóvenes que él. Vio a Chicha y enseguida quiso hacerla suya. Ron se presentó con Chicha y ella se sintió atraída con tantas palabras de caballero. Se fueron a bailar y entre beso y beso con Ron, se emborrachó.
Mientras que Agüita y Limón estaban charlando. Limón le contó que venía de una familia bonita, su papá, un árbol de Limón, le enseñó la importancia de vivir a plenitud.
- Si tu familia te enseñó eso, ¿Qué haces con Tequila?, ella tiene fama de romper corazones.
Él se sintió avergonzado y respondió:
- No lo sé. Siempre he soñado con casarme con una bebida que me permita brindarle al mundo algo refrescante, pues sólo soy amargo pero con una dama como tú todo sería distinto.
Y así, le robó un beso. Bueno, ese fue el inicio de la limonada.
En eso interrumpe el mesonero que era una botella de vino y le dice que su amiga Chicha estaba en el baño vomitando.
Agüita al entrar al baño encontró todo vuelto una "chicha" toda Chicha estaba regada en el suelo y a duras penas podía volver a ponerse en pie, ya cuando el vaso estaba de pie, Agüita decidió llevársela de allí.
- ¿Qué has hecho?
- Amo a Ron, es el hombre de mi vida.
- Mejor volvamos a tu casa.
Pasaron los meses y Chicha llamaba a Ron, pero él no le respondía sus llamadas y la dejaba en visto, hasta que lo vio pasar con una copa, a ésa la llamaban Margarita, la cual siempre se paseaba con una sombrillita e iba pelando el diente, cuando Chicha los vio, rompió a llorar, derramando toda su canela por los ojos. Se armó de valor y le dijo a Ron que esperaba un bebé, Ron le dijo que ese hijo podría ser de cualquiera, que fue sólo una noche.
Chicha no tuvo más remedio que confesar a sus padre lo que sucedía y Don Arroz se enojó mucho, la llamó hasta ramera, le dijo que había pisoteado el honor de la familia y la echó de la casa, pero la madre de Chicha, doña Canela, le dio la maleta con sus cosas diciéndole:
- Tranquila hija, ve con tu padre.
- Pero ¡me acaba de echar de la casa!
- ¡Tu verdadero padre es Kilo de pasta!
Eso marcó y lastimó a Chicha mucho, porque ella siempre había pensado que era chicha de arroz como todas las demás chichas, jamás imaginó que su madre le fuera infiel al papá- Entonces se fue a buscar a su verdadero papá, que la recibió, pues siempre vivó amando a la canela. Llegó el tiempo en que Chicha dio a luz, y el bebé salió medio extraño, don Pasta la ayudó con el parto pues como estaban en cuarentena no podía ir al hospital. Vio a su nietico, el bebé nació con la nariz y colita de un cerdito, Chicha con ternura lo tomó en sus brazos y lo llamó: Chicharrón.
Fin.
jajajajajajaja no me golpeen, es sólo un cuento jajajajajaaja los quiero mucho. ¡Feliz domingo! que nadie me les apague la sonrisa, Lili.
Jajajaja o sea un nombre compuesto de la mamá y el papá jaja
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