Cuando la alegría es inmensa no hay lágrima que
valga
ni tristeza que me invada de pena,
tu compañía me dibuja un sol
y en mi corazón salen las estrellas.
Cuando la alegría es inmensa no hay final de la
canción
no hay confusión, no hay frustración,
se marchan las nubes negras,
y sonríen las aves volando sin fronteras.
Cuando la alegría es inmensa mi corazón late
fuerte
no hay quien le detenga,
la sonrisa se me hace huésped y
ya no hay cadenas...
que detengan mi marcha
y me detengan.
Autora: Liliana Lizcano.
(Derechos reservados. El plagio es un delito, nada cuesta promocionar al autor que leas, estos escritos están registrados en el SAPI, Venezuela)
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