Siempre he creído
que el hacer teatro en una clase proporciona herramientas que puede utilizar en
varias ocasiones como actor en la creación de un papel. Clases de actuación
incorporan ejercicios de movimiento, de
voz y de concentración que el estudiante puede ir a una y otra vez para la
efectiva calentamiento y la exploración de caracteres. Estas técnicas también
pueden ayudar a romper los malos hábitos (por ejemplo, no saber qué hacer con
las manos en el escenario, inclusive el uso de muletillas en el lenguaje) .
Es un juego, un juego serio, y que esta vez fue con música, representaron una canción y esto que requiere
compromiso, sobre todo con ellos mismos. Hay que permitirse el hecho de
explorarse, de conocerse, de escucha de uno mismo. Hay que prepararse para
encontrar aquello que nos gusta y lo que no nos gusta interpretar, más de un
estudiante dice “Yo quiero ser el bueno” o “Yo quiero ser el malo porque me
sale bien ese papel de villano”. Y es así como ellos descubren como son capaces
de transmitir con su gestualidad, tono de voz, energía emotiva, mirada, etc.
Algunos de los beneficios a nivel
individual que podemos detallar son los siguientes:
1)
Confianza en uno mismo, mejora de nuestra expresión corpora.
2) Autoconocimiento.
3) Autoestima.
4) Traslado de técnicas corporales a nuestra
cotidianidad.
5) Concentración
6) Deshinibición, control corporal, relajación.
7) Aumento de la creatividad.
De los beneficios en
términos sociales encontramos:
1)
La flexibilidad ante nuevas propuestas.
2)
Escucha activa.
3)
Paciencia.
4)
Comunicación.
5)
Confianza en el otro.
6)
Tolerancia.
7)
Pertenencia a un grupo.
8) Trabajo a nivel grupal.
Espero que mis demás colegas se animen a usar esta estrategia en el aula.
Liliana Lizcano.
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