domingo, 18 de marzo de 2018

Enfrentándose a la muerte




 Aprende a vivir con la muerte, 
pero nunca huyas de ella. 
Porque si mueres, tu estarás con Dios; 
y, si vives, El estará contigo.  
Og Mandino

Enfrentándose a la muerte

   Nunca ha sido fácil tratar este tema y menos enfrentarlo, aún y cuando sabemos que la muerte es parte de un capítulo de la vida de cada ser humano, nuestra cultura no nos enseña a hablar de ésta, y menos en esta sociedad que adora la juventud, donde las canas y las arrugas están tan mal que debes ocultarlas a como dé lugar. Para los niños y los jóvenes que enfrentan a la muerte, la pérdida de un animalito, un pariente o un amigo es una experiencia confusa y traumática.

   La mejor manera de ayudar a un niño a lidiar con la muerte depende de varios factores, incluso la edad del niño, lo cerca que estaba de la persona que partió, y las circunstancias de la muerte.  Pero antes de poder ayudar a sus hijos o demás familiares, usted necesita entender su propia reacción ante este incidente.

  El dolor general, se experimenta e varias etapas, tanto en niños como para adultos.  En particular, debemos comprender que no importa cuán firme es nuestra fe en Dios, estamos expuestos a experimentar etapas de negación e ira que debemos afrontar y vencer en lugar de contener.

   Y aunque no debemos esconder estos sentimientos de nuestros hijos, ellos necesitan saber que nosotros también lo sentimos, necesitamos depender de otros adultos para que nos apoyen y nos ayuden a aceptar el problema.  Un niño nunca debe ser puesto en el papel de consejero.
Tome en cuenta lo siguiente:

1)    Un niño pequeño puede hacer preguntas acerca de la muerte cuando muere un animalito o pariente.  Estas preguntas deben ser respondidas con a mayor honestidad posible, sin evasiones o muchos detalles.  Un niño puede reaccionar a la muerte de un pariente cercano con culpabilidad, al recordar estar airado con la persona en alguna ocasión , y por tanto razonar que su muerte es por su culpa.  Es preciso ayudar al niño a comprender que sus sentimientos no tienen nada que ver con el suceso.

2)    Si la muerte fue consecuencia de una enfermedad o tomó lugar en un hospital, es necesario que el niño no asocie la enfermedad con la muerte.  De otra manera el pequeño puede experimentar profundos temores cada vez que se enferme o que alguien de la familia esté enfermo o deban ser recluidos en un hospital.

3)    No se le debe decir a un infante que la muerte es un sueño del cual jamás se despertará, ya que muchos infantes al oír esto han desarrollado un temor a dormir.

4)    Aún se discute si el niño debe asistir a un servicio funeral o no.  Los niños mayores de 6 años parecen estar más preparados para esa experiencia.  Después del funeral el niño debe estar en casa con sus padres o familiares, necesita el ambiente de “hogar”.

5)    A la edad de ocho años, el niño comienza a comprender inevitablemente e irreversiblemente que es la muerte.  A esa edad debe permitirle hablar del asunto con libertad.  Evite el ridículo y la vergüenza y sea sensible a los temores del muchacho. La incertidumbre, la agresión y la timidez son a menudo expresiones de temor.

6)    Otra de las cosas que debe usted hacer es explicarle al niño el por qué de cada parte del servicio fúnebre, y enfatice que el propósito del mismo es permitir que amigos y familiares puedan reconocer las cosas buenas de esa persona, lo cual es una oportunidad de honrar a quien en vida les haya entregado cosas maravillosas a la familia o comunidad donde vivió.  Si el ataúd está abierto, deje que el niño decida si quiere o no observar o tocar.

7)    Un adolescente está mejor preparado para comprender totalmente las implicaciones y la finalidad de la muerte.  Durante este período de intensa lucha emocional, el muchacho debe tener libertad para expresar sus sentimientos sin ser juzgado.  El joven puede querer un poco de privacidad ara poner en orden sus pensamientos, y puede hasta acudir a los adultos o a otros amigos en busca de apoyo emocional.

8)    En cualquier edad su hijo necesita comprender la muerte de la mejor manera posible dentro del contexto de la fe.  La biblia dice que la muerte es universal (Hebreos 9:27 y Salmos 89: 48) que es el resultado de nuestro mundo caído (Romanos 6:23, Santiago 1:15), y un enemigo (Lucas 22: 39 al 44; Mateo 26: 36 al 44; 1 Corintios 15:26), que al afrontar el dolor los cristianos deben sentir el dolor pero no sin esperanza (1 Tesalonicenses 4: 13), con su propio ejemplo anime a su hijo a llevar cualquier sentimiento de tristeza, ira, temor o rechazo.  Alivie esos sentimientos recordando las promesas de Dios, su presencia, su cuidado, y sobre todo su amor incondicional, porque nuestro paso por esta tierra es temporal, pero nuestro espíritu es eterno y le pertenece a Él.

9)    Esté de acuerdo con su hijo en que todo lo que sucede en esta vida no es siempre justo o consistente. Una actitud realista le aliviará cualquier sentimiento de culpa o responsabilidad por la pérdida enseñe a su hijo a decir adiós, recientemente en casa, mis hijos y yo sepultamos una pequeña ave que tratamos de ayudar pero estaba muy lastimado pues unos niños lo hirieron, cuando murió mis hijos me ayudaron, tuve que explicarles que hay personas que pueden hacer daño a otros seres vivos, y que en ocasiones algunos humanos matan a otros y eso es injusto, pero todos daremos cuenta a Dios de nuestros actos.  Sonará tonto pero el “funeral” del ave me permitió enseñarles a mis pequeños varias cosas.

10)  Hable con sus hijos que lo desconocido produce temor, pero los creyentes tienen la promesa del Creador (Juan 14: 1 al 3) y de la resurrección (1 Corintios 15: 51, 52).  Y sus bellas promesas si tenemos que enfrentar la muerte: Salmo 23: 4 y Salmo 116: 15.

   Recuerde que aunque la presencia de Dios es sorprendentemente alentadora, no se elimina el dolor, somos humanos, no robots, por su propio ejemplo de total confianza al enfrentarse a las incertidumbres de la vida, su hijo aprenderá que el sufrimiento es normal, y que nuestros VERDADEROS sentimientos pueden ser reconocidos y EXPRESADOS sin vergüenza.  Al ayudar a su hijo a enfrentarse a la muerte, le estará dando libertad de disfrutar la vida y ver cuán importante es valorarla.  Espero esto les sea de ayuda y si gustan pueden compartirlo con otros padres.  Dios les bendiga grandemente.  

    Finalmente si crees que esto pueda serle útil a alguien, no dudes en compartirlo, abajo hay algunos botones para compartir esta información.  Nuevamente gracias por visitar mi blog, con amor y respeto, 


Lili.



El amor hace poetas y el acercamiento
 a la muerte nos hace filósofos.  
Jorge Santayana

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