martes, 13 de febrero de 2018

Enseñando a nuestros niños un espíritu de servicio




“Quien no vive para servir,
No sirve para vivir”


Enseñando a nuestros niños un espíritu de servicio

   Cuando usted piensa en el niño “ideal”, el servir no es la primera cualidad del carácter que le vendría a la mente.  Tal vez esa sea la razón por la cual tantos en la generación del “Yo” estén menos preocupados en servir que en ser servidos.  De hecho lo vemos en nuestros líderes, quienes en vez de llegar a sus puestos de poder para gestionar bienestar hacen todo lo contrario, se sirven de los bienes de la nación y el pueblo sufre.

   En el corazón del asunto, la sensibilidad para servir, aun el instinto, es fundamental para el éxito balanceado en cualquier área de la vida.  Sin ella el liderazgo sufre. El siervo líder que describió Jesús: “El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor” (Marcos 10: 43).  Es un mejor motivador y mucho más agradable que el que guía a base del temor.  Una pareja donde no se sirven el uno al otro, ni satisface a los cónyuges, ni dura mucho tiempo sin que uno de ellos se sienta cargado.            Y la personalidad humana está en peligro cuando no gana un sentido de realización sirviendo la causa de la verdad en asuntos morales, o haciendo bien a los demás.

   Entonces, ¿cómo el instinto servicial se inculca en un niño en su etapa de desarrollo? Cómo en otras áreas, el niño aprenderá más por el ejemplo que le den en su casa. Pregúntese:

-         ¿Me ve mi hijo colaborando en las labores del hogar?
-         ¿Tomo yo los trabajos más serviles, o le asigno a mi hijo las tareas más desagradables?
-         ¿Tengo la costumbre de buscar pequeñas maneras de hacerle la vida más fácil a mi hijo, o pienso que hace sólo lo que tiene que hacer?.
-         ¿Mi hijo me ve ayudando a otros?.



  Si todo esto suena más como una lección para los padres que para los hijos, usted ha recibido el mensaje y es que el proceso empieza en nosotros    , entonces si damos nuestro propio ejemplo podremos dar otros pasos para guiarles a ser serviciales:

1)                       Un niño en edad preescolar sentirá el placer de ayudarle si usted le involucra en cosas pequeñas.  Yo empecé a hacerlo con mis pequeños y un día uno de mis hijos me sorprendió cuando estaba sentada tomando un descanso, tomó la escoba y estaba terminando de barrer, yo me sentí tan orgullosa de él y que poco a poco ha estado desarrollando ese espíritu de servicio y colaboración.

2)             Cuando el infante llega a la edad de 4 o 5 años y su sentido de autonomía está seguro, comience a envolver al niño en ayuda genuina, como recoger sus juguetes y elógielo reconociéndole por su servicio.

3)             Tome fotos cuando su hijo realice actividades de servicio en la familia y resalte éstos en su álbum familiar como parte de lo que se valora en su hogar y logros importantes de su familia.

4)                        Pida a su familia que desarrollen un proyecto de servicio juntos, en mi caso, mis hijos me ven sirviendo en mi comunidad en diversas actividades, busque algunas donde usted pueda incluir a su familia y en donde se resalte la ayuda al prójimo, y que sea una iniciativa y costumbre familiar, con el tiempo sus hijos asumirán por si mismos la importancia de bendecir a otros con sus vidas a través del servicio. Este trabajo debe ser voluntario y usted como padre debe ser el primero en tomar la iniciativa.

5)             Si su hijo es un adolescente, comparta y reflexione junto a ellos algunas citas bíblicas sobre el servicio  o pensamientos de grandes líderes que sirvieron a sus comunidades, (sugiero Mateo 20: 26-28, Marcos 9: 35, Juan 13: 12-15, Romanos 15: 1-3, Gálatas 6: 10, Filipenses 2: 3-8)  .

   Cada mes haga un inventario conciente del servicio de su hijo y del suyo también.  Enséñele     a su hijo que la persona que está lo suficiente segura de sí misma como para servir, es la que será mejor líder en el mejor sentido de la palabra. Gracias por leerme y si te gusta este material no dudes en compartirlo. Un abrazo y mil bendiciones, Liliana.



            “El servicio que más cuesta es el más bendecido”.
      Alicia Beatriz Angélica Araujo

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