El pequeño oso de felpa guardaba un secreto,
era el te quiero de un gran sentimiento,
era el recuerdo, la sonrisa y el coser de una aguja,
de un corazón que a lo lejos siempre se arruga,
cuando oye a su nieto decir: Mi oso duerme cada noche conmigo,
a ella se le salen las lágrimas y le contesta: "Y mi bendición siempre irá también contigo, mijo".
Liliana Lizcano.
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