La vida no es una competencia, cada ser humano construye su felicidad, y cada persona tiene sus propias pruebas para crecer en fe y determinación a no desmayar. Para muchos la felicidad no radica en lo material, sino en lo espiritual, la dicha de tener un hogar al cual llegar y decir "Hogar...dulce hogar", las sonrisas de tus seres amados, la salud para emprender retos y metas familiares, el ser útil a la tierra que te vio nacer, el saber que tu vida tiene propósito en las manos bondadosas de Dios, cuando experimentes estas cosas entenderás de qué hablo, mientras tanto seguirás dando tumbos por la vida, culpando a los demás de tu vacío personal”.
Por: Liliana Lizcano.
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