miércoles, 22 de febrero de 2012

Triste de aquéllos


   “Triste de aquéllos que se alegran del mal ajeno. Pero también es triste aquéllos que se entristecen con la alegría de los demás, triste de los que presumen sus pertenencias y supuestos "éxitos" vanales, pues el  éxito no lo determina cuanto dinero tengas en tu cuenta bancaria, cuantos bienes materiales poseas o cuantos lugares por el mundo has podido recorrer, si eres ese tipo de persona eso sólo determina una sola cosa: El vacío de tu vida.
   La vida no es una competencia, cada ser humano construye su felicidad, y cada persona tiene sus propias pruebas para crecer en fe y determinación a no desmayar. Para muchos la felicidad no radica en lo material, sino en lo espiritual, la dicha de tener un hogar al cual llegar y decir "Hogar...dulce hogar", las sonrisas de tus seres amados, la salud para emprender retos y metas familiares, el ser útil  a la tierra que te vio nacer, el saber que tu vida tiene  propósito en las manos bondadosas de Dios, cuando experimentes estas cosas entenderás  de qué hablo, mientras tanto seguirás dando tumbos por la vida, culpando a los demás de tu vacío personal”.

       Por: Liliana Lizcano.

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