sábado, 21 de septiembre de 2019

Los Ositos y el hilo rojo II Parte

- ¡Buenos días Lilita!.

- Ustedes me deben la historia de ayer. No la terminaron y todos desean saber cómo terminaron juntos. 

- ¡Ay Lilita! es que nuestra historia fue muy complicada, como para que escribáis una novela por episodios en tu serie de Netflix.

- Bueno, me van contando mientras comen.

- Mira Lilita, luego que la amiga de Osita me llamó, volvió a llamar, es que con este físico tan escultural como que... ¡La impacté!. Quedamos en salir a pasear. Y la mujer era preciosa, yo creía que me había sacado la lotería, ojos claros, su cuerpo escultural, unos labios seductores.

- ¡Ositooooo!. (Interrumpió su esposa).

- No te pongáis celosa, que estoy narrando todo, además ella no te llegaba ni por los pies mi Osita. No interrumpáis.  Bueno Lilita, para seguirte contando. (Siguió narrando mientras que comía su empanada) En la segunda salida le pregunté por Osita. Y más o menos la conversación fue así:

- Mirá Ale, ¿y tu amiga la que estaba rascaita, la gordita aquella que te ayudé a subir al carro?. 

- Aaaaah, ella está mejor, es que estaba despechada porque el novio la dejó por otra, vos sabéis que las mujeres que descuidan a sus hombres las dejan, en parte tenía razón en dejarla por la otra, porque una tiene que ser avispaita y ella es muy tontita. 

- ¡Vergación!, Lilita, cuando yo escuché eso me dio como miedo, porque para que una supuesta amiga hable mal de otra eso es de tener cuidado. Pero yo seguí sacando información. 

- ¿Entonces la dejó por otra?. 

- Si, su ex, Ramiro, la dejó por otra mujer. 

- En ese momento yo no tenía idea que me estaba dando una información valiosa que me ayudaría a abrir mis ojos más adelante. Yo seguí saliendo con Ale, y veía de vez en cuando en las reuniones a Osita, pero nos tratábamos normal, ella me parecía muy alegre pero al mismo tiempo como un alma en pena, y razón tenía porque ya la habían lastimado mucho, no confiaba en nadie, y a veces era un poco odiosa. Un sábado iba yo tomado de la mano con Ale, y en un centro comercial un hombre la saluda muy afectuosamente. Ella le dice: "Ramirooooo, mi amooor, ¿cómo estáis?", el hombre la saludó con abrazo y todo, y sin importar que yo estaba allí empezaron a hablar, ella le dijo: "Me conseguiste el chance en PDVSA", y él le respondió: "Si, estoy en eso, yo te aviso mi reina". ¡Vergación! yo estaba pintado en la pared, pero me hice como si no me importó, y le pregunté: ¿Y ese quién es?.  A lo que me respondió: "Ése es un ex, me está ayudando a quedar en PDVSA".  Pero en mi cabeza me daba vuelta el recuerdo del ex de Osita que se llamaba Ramiro. 

- ¿Era el mismo?. 

-Si, Lilita. ¡Y yo destapé esa olla podriísima!. Cuando le pregunté si ese era el mismo ex de Osita, ella me dijo que si, pero que nunca le fuera a contar nada a su amiga, y yo le dije: Vos sois una mardita hipócrita, yo ya no quiero salir más con vos. 

- Hiciste bien, yo también tengo un cuento con una tal "Ale" maracucha que me jugó sucio una vez, no era mi amiga, pero con su cara de mosca muerta me hizo el cajón. 

- Capaz y es la misma mardita. El hecho es que le conté a Osita y ella dejó esa amistad, pero me ganó a mí.  Ya la historia de cómo la enamoré y me gané su confianza es para cuando vuelva a venir a comer empanadas, me saludáis a la Abigail y a los robots de las redes sociales.  Te nos cuidáis Lilita.  

   Y ambos se despidieron con un abrazo que me dieron.  

Lili.

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Cada vez me sorprenden más con sus ocurrencias y sus historias. Me parecen una pareja muy bonita, con todo y que son medio loquitos jajajajaja.

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  2. Jajajaja que divertidos ese par de ositos 😂😂😂

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    1. jajajajaja Gracias Dorelis por visitar mi blog y sonreír. Un abrazo en la distancia. Lili.

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