miércoles, 9 de octubre de 2019

La clave

   Hoy quiero contarles sobre una persona que fue muy especial para mí, una buena amiga, estuve charlando con unas amigas hace poco, y ella me vino a la mente, Ligia era una niña muy amable, ella era mormona, fue la primera mormona que conocí, pero a pesar que mi fe era distinta a la de ella, ella no vio problema en ser mi amiga, y yo menos. Le gustaba muchísimo bailar, escuchaba cualquier canción y se movía, yo era más alta que ella y siempre me decía "jirafita", y yo a ella "hormiguita", pero con ternura, nunca con burla, realmente a los amigos que llego a amar con todo mi corazón, tienen un apodo de animalito, y ellos saben que es casi imposible evitarlo, pero es un signo propio de mí cuando alguien ha ganado mi total y plena confianza.  A ella no le gustaban las clases de religión, como estudiábamos en un colegio de monjas, pues no le gustaban, a mí tampoco, pero ella se enojaba con las tareas.  

   Un día comiendo en el receso me dijo: 

- Si un día viene ese muchacho que está allá, ese gusta de mí, pero no me gusta a mí, le vamos a decir: "Tenemos que hacer tarea de religión" y nos vamos a la biblioteca.

   Tengo que hacer una pausa, no puedo contar esta historia, duele, se me removió todo... Trataré de ser breve porque voy en el autobús y no quiero ponerme a llorar acá. 

   Luego ella miró a otro niño del colegio y dijo: 

- Pero si viene aquel, serás tú la que me diga: Debo irme, los dejo solos porque tengo clase de religión, esa será nuestra clave. 

   Y seguimos comiendo, recuerdo clarito ese día, ella comía una arepa con diablito y mayonesa, y yo unos pastelitos andinos. Nos reíamos mucho de eso.  Bien, pasaron unos meses y yo soñé con Ligia, en el sueño ella estaba en un precipicio, y yo trataba de llegar a ella, pero mis manos eran muy pequeñas y yo no tenía la fuerza para poderla subir, entonces grité por ayuda pero el papá de Ligia no me prestó atención, y su madre estaba muy lejos y no me podía escuchar.  Le conté a Ligia mi sueño, y ella respondió: 

- ¡Tú siempre con tus sueños locos!. 

Pero le conté a Ricardo, y él me dijo: 

- Eso es que ella corre algún peligro y su familia no lo sabe. Pero como a penas erámos unos muchachitos cercanos a la adolescencia, con 12 años en ese momento, contamos el sueño a nuestras familias, pero quedó como eso, un sueño.  

   Pasado el tiempo, un día Ligia no fue a clases, cosa en ella muy extraña. Pensamos que estaría enferma, así que a la una de la tarde llamé a su casa, y ella me contestó: 

- ¡Hola Lili! disculpa pero no puedo atenderte estoy haciendo mi tarea de religión. 

    Y colgó.  Ella jamás me había trancado así el teléfono, me pareció extraño y volví a llamar.

(qué rudo contar estas cosas, tenía años sin hablar de esto, pero tengo que sacar esto de adentro)  Bueno, llamé de nuevo: 

- Mira ¿qué tarea chama?. 

- Lili la tarea de religión, Lili tú sabes lo responsable que soy yo, cuánto amo esta materia, debo colgar porque quiero terminar mi tarea.  

   Colgó de nuevo y allí supe que algo no andaba bien, llamé al papá de ella, y le conté, pero él no le pareció extraño, llamé a su mamá y la señora me dijo:  "Hija estoy muy lejos ahora, no puedo ir, ella está bien, yo le hablé hace rato, está estudiando, ya sabes cómo es".  

   Ligia fue encontrada violada y muerta en el apartamento.  En nuestra clave me estaba diciendo que estaba en peligro.   Ahora tengo claves para muchas cosas, incluso con mis hijos, cuento esto porque ella me vino a la mente ayer.  Ligia estaba siendo observada desde hace mucho tiempo, las investigaciones duraron mucho tiempo para dar con ese hombre.  Sólo quería compartir esto hoy para que tengan claves con sus seres queridos en caso de una emergencia, estoy segura que ese hombre le dijo responde el teléfono pero si dices algo te mato, y ella trató de pedir auxilio, yo traté de explicarle a su familia, pero no entendieron, no me ayudaron para no dejarla caer en ese precipicio que vi en el sueño, de ese ataque que ella recibió.  

Lili.

4 comentarios:

  1. Increíble nunca tuve claves pero creo que es necesario gracias

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  2. Vivo en Barinas y cuando se desató una ola de secuestros en la ciudad, tenía una clave con mis nietas. Yo decía siempre una frase preconcebida y si todo estaba bien, ellas me respondían diciéndola al revés. Si algo no estaba bien, respondían otra frase.Era obligatorio interactuar así.

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