domingo, 20 de octubre de 2019

La nodriza Micaela


- ¡Ese chino si le salió como curtío!.

  Le dijo la partera a mi abuela.  Quien cuando tuvo al bebé, mi tío Abelino, se sorprendió de verlo tan pequeño, trató de amamantarlo pero el bebito vomitaba la leche, era su tercer hijo de 10 que tendría.  Ella trató de hacer lo que había hecho con las dos primeras hijas, pero este, su primer varón, no le recibía alimento.  El médico de ese entonces le mandó algo para aquella época, y aunque consiguió el producto, el bebé estaba muy flaquito.  Entonces un vecino le dijo:

- Micaela tuvo mellizos, y amamanta, si quiere le traigo de su leche a ver si el muchachito le recibe.

   Para sorpresa de ellos, el bebito recibió la lecha y no la vomitó, así que Micaela compartió con mi abuela de su leche materna todos los días. Mi tío Abelino empezó a engordar y ponerse rosadito, la leche de Micaela había sido un bendito remedio para él.  Tiempo después, el vecino le dijo a mi abuela que Micaela necesitaba un hogar con sus dos hijitos, sin dudar mi abuelita le dijo que Micaela era bienvenida, y así fue, ella y los mellizos vivieron con mi familia materna.  Micaela era una chiva que con sus dos chivitos compartió su leche.

Fin.

Lili.

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