viernes, 25 de octubre de 2019

Yureima ahora es feliz

   Yureima había salido embarazada de su novio Federico, ella emocionada le contó, y él siendo responsable asumió casarse y formar una familia con ella.  Ambos disfrutaban de una vida plena, aparentemente todo marchaba bien con ellos dos, tuvieron tres hijos, y ambos trabajaban.  Se llevaban bien en la cama, y Federico no podía quejarse, la mujer era bella, inteligente y él había tenído ese hogar que de niño no pudo tener, porque en el fondo aunque él dijera que tuvo una infancia feliz, sufrió mucho de tener a una madre enferma y un padre sumamente estricto, los cuales no vivían juntos, pero si le ofrecieron al muchacho lo mejor que pudieron en medio de sus dificultades.

   Federico tuvo su primera relación sexual en un prostíbulo, y de niño fue viendo a las mujeres como un objeto de satisfacción, lo ocultaba muy bien siendo muy "caballero", pero la verdad es que él no amaba a Yureima, él creía amarla, pero su amor era un amor inmaduro, nunca aprendió a amar pues no tuvo un amor en la infancia que le enseñara la verdadera esencia del amor.  Creció siendo un egoísta, y más tarde manifestaría esa conducta.

   Yureima siempre peleaba con él y le amenazaba con divorciarse, a ver si él al menos meditaba en sus malos comportamientos, desde el primer año de matrimonio Yureima se quejaba de cosas que él veía como "normal" y que ella debía tolerar. 

   Él empezó a buscar mujeres, a chatear con otras, y fue infiel, se veía con mujeres y ya era parte de él tener una amante.  Yureima al descubrirlo con un mensaje de texto, se sintió muy mal, ya tenían tres niños y sintió que su palacio de cristal se le vino abajo.  Entonces Yureima se mudó a la habitación de la niña.  Él era tan descarado que no pensaba en absoluto admitir sus errores, porque para él, la egoísta y la culpable era ella.  ¿Por qué si Yureima era una excelente amante?, ¿qué no le dio?, se preguntaba su esposa, pero ella no era la del problema aunque trató de hacerla ver como una egoísta, ella sin embargo, empezó a gastar todo su sueldo en ella misma, iba a los salones de belleza para sentirse bonita, ella lo era, pero luego de las infidelidades las mujeres piensan:  "¿Por qué prefirió a otra?, ¿Era más bonita que yo?", así que Yureima si se volvió egoísta, había invertido toda su juventud en un proyecto de familia que se le quebró de pronto y quería sentirte hermosa.

   Él se hizo la víctima, se puso un caparazón y se dedicó a buscar mujeres para enamorarlas y tener sexo con ellas, él decía:  "Yo no las enamoro, jamás les digo te amo", y en eso tenía razón, no les decía te amo, pero les decía:  "Estoy buscando una mujer hogareña, que sea un apoyo, que no despilfarre el dinero, no me puedo casar aún por algunos problemas por el divorcio, pero quiero casarme por la iglesia católica pues yo sólo llegué a casarme por el civil".  Las mujeres creían toda esa retajila de palabras y queriendo también conseguir pareja estable caían con él, él se aburría al poco tiempo y las desechaba para buscar otra, por supuesto que antes de dejarlas las hacía sentir culpables que ellas eran las que habían fallado en la relación.  Buscaba siempre mucha "discresión" pero era porque siempre pretendía a dos al mismo tiempo y quizás a más. Sencillamente porque Federico fue un niño que no tuvo un amor maternal, y aunque él se inflaba hablando de su madre, y de cómo lo amaba, él no había tenido una madre sana que pudiera brindarle el afecto que un niño necesita.  Eso se vio reflejado en su conducta, en su manera de tratar a las mujeres y su necesidad de sentirse amado y halagado constantemente, buscando esa aceptación que no no tuvo de sus padres.

   También se refugió en tener cosas, y ser presumido con lo material, poco a poco su vida se fue sumergiendo en una rutina vacía, jamás sería feliz, siempre tendría desconfianza, el amor de las mujeres jamás sería suficiente para él, y sus demonios lo atormentarían constantemente, su vacío siempre estaría con él, nadie estaría jamás a su "altura" aunque fuera un hombre de baja estatura y se creyera el amo del universo con su pena.  Era un narcisista encubierto, su lema: "Quiero robar tu alma", y así estratégicamente iba de mujer en mujer, muchas lograron abrir los ojos a tiempo y escapar.  Afortunadamente mi amiga Yureima pudo ser feliz sin él, pudo mejorar su autoestima, amarse e incluso disfrutar de una nueva relación donde pudo hallar un tipo de amor que no es tóxico, un hombre que no la culpa constantemente y que la valora tanto como ella quería ser valorada.

Fin.

Lili.

(Posdata: Gracias por compartir tu historia Yureima, espero que cada herida en ti, sane)

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