domingo, 20 de octubre de 2019

Un peluche para Ledia

Un peluche para Ledia

   Entre mis estudiantes había una joven muy linda llamada Ledia, sonreía y se le hacían dos hoyitos en sus mejillas. Morenita y con un rostro de ángel, yo la molestaba porque soy de las personas fastidiosas que si ven hoyitos en las mejillas me da por apretar esos cachetes jajajajaja. Yo empecé un programa radial educativo para el liceo (Llevé la propuesta y me la aceptaron), para mi sorpresa Ledia tenía experiencia en la radio. Ella había trabajado en T.V y radio en Carabobo. Empecé a tratarla más pues me ayudaba mucho.  Era una estudiante ejemplar. Disciplinada, cariñosa, tolerante. Era sencillo amarla.

   Un día, noté algo en ella, y decidí orar a Dios para saber qué era eso que me preocupaba de ella. No sé explicarlo. Indagué sobre su familia y vivía con su abuela. Parecía feliz.

   La llamé un día luego de clases y había un espacio pequeño que era para los profesores. Ella se sentó como preocupada.

- ¿Hice algo malo?.

- No mi niña, has salido muy bien en todo.

- Dígame profe, ¿en qué puedo ayudarla?.

- Justamente, iba a preguntarte lo mismo. ¿Cómo puedo ayudarte, Ledia?.

- Yo estoy bien, profe.

- No, no lo estás. Yo vi una mirada que me indicó que algo no estaba bien.

En seguida su rostro cambió.

- ¡Esa mirada! Justo esa mirada, Ledia. ¿De qué es esa mirada?.

   Ella estaba callada sin soltar una palabra aunque las lágrimas estaban aguarapando sus ojitos.  Yo no sé cómo salieron las siguientes palabras de mi boca, es algo que jamás podré explicarme:

- ¿Quién te rechaza, Ledia?.

   Y en ese instante la niña soltó un llanto tan profundo.

- ¿Cómo usted sabe que me rechazan?.

Yo estaba asombrada tanto como ella. Repetí la pregunta:

- ¿Quién te rechaza?.

Ella me abrazó y me dijo:

- Mi mamá profe, mi mamá no me quiere y ya me lo ha expresado, sólo quiere a mi hermanita. Por eso yo no vivo con ellas, yo no le importo.

   Fue muy duro para mí verla así. Al día siguiente, tomé un peluche que yo tenía desde mis cinco años, lo llevé al liceo. Y le conté a Ledia mi historia personal. Mi niñez tampoco fue sencilla, y ese peluche me lo dio una de mis tías diciéndome:

"Yo no voy a estar en Valencia, pero cuando te sientas sola, recuerda que yo siempre voy a ir contigo en tu corazón y tú irás en el mío".
   Y ahora yo te lo entrego a ti. Yo no podré estar contigo físicamente, pero esto te recordará que hay personas que te amamos, que iremos en tu corazón y tú en el nuestro.

  Ella no podía creer que le estuviera entregando algo tan significativo para mí. Hasta el sol de hoy la llevo en mi corazón. Sé que estudió psicología y tiene una hijita. Trabajamos en su relación con su mami, y me gustó mucho de ella que tiempo después me hablaba de su mamá.

   Tal vez no sería la mejor relación de todas, pero ella dio pasos para sanar y sé que hoy día es con su hija la mujer más amorosa ya que no contó con ese cariño maternal.

Fin.

Lili.

Posdata:
Hablé con Ledia. Le dije que compartí su historia. Me regaló esta foto que coloco con su permiso tapando la carita de su nena. Es psicóloga y actualmente vive en Chile. Es una mujer luchadora y con un gran amor por su familia.

¡Haz la diferencia en tu árbol genealógico!


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