viernes, 11 de octubre de 2019

Un plato de comida

   Hace años atrás había una señora que tenía una hija llamada Jennifer, la niña peleó con otra niña del edificio, y fue a contarle a su mamá vaya usted a saber qué cosa y cómo le habrá contado. Lolita su madre, era una mujer que se caracterizaba por actuar con impulsos.

   Entonces tocó a la puerta de aquel apartamento tocando con fuerza, maldiciendo, gritando, la señora y la niña que allí vivían no estaban pero los vecinos miraban asombrados la reacción de Lolita que agarró una de sus llaves y escribió una grosería en la puerta de madera.

   Al terminar de escribir y dañar la puerta, se reía y bajó a su apartamento, pero todos los del piso 5, la habían visto y escuchado e informaron a la dueña de la puerta dañada lo que pasó.
La mujer vio su puerta, le preguntó a su hija por qué había discutido con Jeniffer y dijo:

- ¡Qué mujer tan inmadura!, ponerse así por peleas de tripones. Ahora me toca lijar esta puerta.

- ¿No vas a reclamarle mamá?.

- No hija. Debes aprender una lección, este tipo de personas que son iracundas, que traen problemas, son almas atormentadas. Ya en algún momento la vida le enseñará y de la peor manera.

   Lolita era una mujer bella, pero su defecto era un carácter volátil, iracunda, altiva, muchos en el edificio sabían esto, pasaron los años y ella se fue de su apartamento, pero regresó  de "visita". La gente empezó a murmurar sobre aquella mujer que años atrás había causado problemas.

   Algo curioso pasó, Lolita tocó a la puerta de la señora Juanita, aquella a la que le rayó y dañó su puerta. La señora Juanita la vio mal. Y la hizo pasar. Se sentó en el sofá y hablaron mucho. La niñita ya era una mujer adulta, no quería salir a saludarla.

   Es que Lolita era de esas personas que caen tan mal. Pero la muchacha veía a su mamá preparar un plato de comida, y la joven jamás imaginó lo que su madre haría, darle ese plato de comida a Lolita.

    Ya su hija Jenifer estaba grande pero Lolita había tenido un bebé que aún tomaba leche. Juanita buscó dinero y le dio para la leche del niño. La hija miraba desde lejos esa escena. Y cuando Lolita se fue, la muchacha le reclama a su mamá:

- Mamá, esa mujer hizo daño acá.

- Lo sé, hija.

- Hiciste el bien pero no te regresará el dinero del pote de leche.

- Eso no importa, yo hoy mostré mi perdón así como Dios perdona mis ofensas. Ya ella lo está pasando mal y yo no agregaré cargos a su castigo, porque también me he equivocado en la vida.

   Al poco tiempo Lolita le regresó a Juanita el dinero prestado para el pote de leche. Juanita lo tomó y cerró su puerta. Loli vio aquella puerta por varios minutos, la puerta que rayó, que dañó era la única que le había abierto y tendido una mano allí. Eso la cambió. 

Fin.

Lili.

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