(Perdón por las palabras fuertes pero si no les cuento cómo fue, no van a entenderme)
Cuando yo era niña y se iba la luz, todos se sentaban en la sala o nos íbamos al patio y mi abuela en el medio contaba historias. Pero a mí no me gustaban esos cuentos de terror. Me asustaban. Cuando gritaban: "¡Se fue la luz!" Sabía que vendrían los cuentos en los que todos reían pero yo me asustaba.
Y se reían mucho con una historia de un muerto y yo en mi inocencia de cinco años suplicaba que no contaran ese cuento.
El muerto no tenía cabeza y yo pregunté:
- ¿Y qué le pasó?.
Mi abuela sonriente dijo:
- Es que ese muerto tenía en vez de cabeza un culo y fumaba pipa.
Se podrán imaginar el impacto de esa imagen (no se rían), bueno, entonces yo preguntaba más y todos se reían:
- Abuelita ¿Y cómo fumaba pipa sin boca?.
- Pues por la jeta del culo.
Y mis tíos muertos de la risa, pero eso para mí era de terror. Y ella seguía:
- Cuando se tiraba un peo, la pipa soltaba más humo.
Bueno eso eran risas y risas, pero a mí me daba tanto terror ese cuento que había un señor que fumaba pipa en el vecindario y yo cuando lo veía me aterraba y me escondía detrás de mi abuela o mis tías. Este señor un día me saludó y yo le respondí asustada:
- ¿Usted es el hijo del que fumaba pipa por el culo?.
Ese señor me miró feo, y no respondió, yo en mi inocencia interpreté eso como que si era hijo del fantasma y pensé: "Descubrí tu secreto oculto, malvado".
Fin.
Lili.
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